La Habana.- Una Cuba en duelo se preparaba este domingo para una semana de ceremonias y una procesión por toda la isla para despedir a Fidel Castro, padre de la revolución cubana.
Los funerales del Comandante, un personaje único que forjó la identidad de la isla y se erigió en uno de los símbolos del siglo XX, se extenderán hasta el domingo próximo cuando sus cenizas sean inhumadas en Santiago de Cuba; cuna del alzamiento que lo llevó al poder en 1959.
El traslado de las cenizas desde La Habana a Santiago, distante a unos 900 km, llevará cuatro días y apunta a convertirse en una movilización masiva de millones de cubanos. «Fue un gran líder.
Debieron decretar 30 días de duelo», dijo Andy Lores, un carnicero de un barrio popular de La Habana. La jornada de este domingo se anuncia calma en toda la isla y ninguna manifestación oficial está prevista.
La primera ceremonia fúnebre será el lunes en la emblemática Plaza de la Revolución de La Habana, cuyo acceso comenzó a ser controlado el sábado por la policía.
Pequeños grupos se juntaban el sábado aquí y allá en las calles de La Habana, especialmente en los alrededores de las universidades.
Cientos de estudiantes realizaron la noche del sábado una vigilia ante la facultad en la que Fidel hizo sus primeras armas en la política en la década de 1940.
El duelo nacional obligatorio llevó a anular toda reunión o espectáculo. Los partidos de béisbol, una pasión nacional, fueron suspendidos y se prohibió la venta de alcohol.
Los restaurantes trabajan en un horario más corto que el habitual. Los medios nacionales, todos controlados por el gobierno, pasaron el día mostrando reportajes, documentales y debates en honor al «compañero Fidel»
Cremación en secreto
Muchos de los 11 millones de habitantes de la isla, no disimulaban su pesar ante la desaparición del líder que durante casi medio siglo controló el país y enfrentó a Estados Unidos.
No fue raro cruzarse en La Habana con alguna persona con los ojos rojos de emoción. Pese a que gobernó con mano de hierro, sofocó toda forma de oposición o la mandó a la cárcel o al exilio, Fidel Castro seguía siendo respetado aún 10 años después de haber entregado el poder a su hermano Raúl.
«Hubiera querido que viviese 30 años más pero nadie puede ganarle al destino», dijo a la AFP Guillermo Suárez, albañil de La Habana de 52 años.
La muerte de Fidel, como lo conocen Cuba y el mundo, fue anunciada por el presidente Raúl Castro pero sin dar a conocer las causas. Hermano menor de Fidel, dijo que sus restos serían cremados el sábado.
Ninguna fuente oficial confirmó que se haya efectuado la incineración. El «Comandante en Jefe» entregó el poder a Raúl en 2006 tras una hemorragia intestinal.
Entre febrero de 2014 y abril de 2015 desapareció totalmente de la escena lo cual alimentaba rumores sobre su estado de salud.
No obstante, desde hace un año y medio y pese a que sus movimientos estaban muy limitados, había vuelto a recibir a personalidades y dignatarios extranjeros.
A la sombra de su hermano, Raúl Castro puso en marcha un lento proceso de reformas para evitar la quiebra de Cuba. Entre las medidas tomadas incluyó autorizar a emprendimientos privados e inversión extranjera.
«El socialismo sobrevivió a la larga enfermedad de Fidel Castro y seguramente continuará después de su muerte», estimó Jorge Duany, director de un instituto de investigación sobre Cuba de la Universidad Internacional de Florida.
No obstante, estimó que la muerte de Fidel Castro «probablemente acelerará las reformas económicas». «Seguramente habrá que esperar la retirada de Raúl, anunciada para 2018, para analizar con mayor claridad si habrá cambios sustanciales a la cabeza» del Estado, añadió.
¿Dictador o figura histórica?
En su vida y en su muerte, Fidel Castro generó enconadas divisiones. Su deceso generó reacciones tan fuertes como polarizadas. El presidente ruso Vladimir Putin lo saludó como «el símbolo de una era» y el de China Xi Jinping dijo que el «Camarada Castro vivirá siempre.»
En América Latina, lideres izquierdistas lo recordaron con afecto. Castro fue «siempre una voz de lucha y esperanza», dijo el expresidente brasileño Luis Inacio Lula da Silva.
El presidente venezolano Nicolás Maduro, que lo visitaba a menudo al igual que su antecesor Hugo Chávez, reverenció al líder cubano. «Con Chávez fundaron una época», afirmó.
Empero Miami, donde reside la mayor comunidad de cubanos que huyeron de su régimen, explotó de euforia y hubo celebraciones por su muerte.
En Washington, fueron radicalmente distintas las reacciones del presidente Barack Obama y la de su sucesor electo Donald Trump. Obama, que propició en 2014 un histórico deshielo de las relaciones con Cuba, dijo que Estados Unidos tiene su «mano de amistad» al pueblo cubano.
En cambio Trump, que asumirá el 20 enero, lo calificó de «dictador brutal». Con el líder a las puertas de la Casa Blanca, el futuro de las normalizadas relaciones diplomáticas bilaterales parece ahora incierto.
Trump ha amenazado con dar marcha atrás si Cuba no admite acatar las normas sobre los derechos humanos.