La Habana.- Cuba colaboró con Estados Unidos en la extinción de un incendio que obligó a evacuar parcialmente la base naval estadounidense en Guantánamo (este), cuyo territorio reclama la isla al considerarlo ilegalmente ocupado.
El siniestro se produjo la semana pasada y fue sofocado con ayuda de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de la isla, que proporcionaron personal, vehículos y “un helicóptero que arrojó agua desde el aire” para controlar las llamas, revela hoy el diario estatal Granma en portada.
La acción conjunta se llevó a cabo a pesar de las “complicaciones logísticas y prácticas” que supone la “ocupación ilegal” de ese territorio cubano, señala el diario.
La permanencia del Ejército estadounidense en el enclave cubano es, junto al embargo económico, uno de los principales escollos en la normalización de las relaciones entre EE.UU y Cuba, que ha reclamado repetidamente la devolución del territorio.
El país caribeño mantiene una patrulla de frontera en vigilancia constante hacia la base, considerada territorio estadounidense y separada del resto de la isla por una franja de terreno minado.
Algunas de las minas situadas en esa franja estallaron debido al incendio, según medios estadounidenses.
A pesar de las desavenencias, “durante los últimos años se ha mantenido un nivel de comunicación entre las autoridades cubanas y estadounidenses para situaciones de emergencia en la Base Naval”, aseguró Granma.
“Más allá de los sólidos principios y la ética que rigen la conducta de las FAR en cualquier escenario, incidentes como el ocurrido demuestran las complicaciones logísticas y prácticas de mantener una base contra la voluntad del pueblo al que se le impuso este enclave”, insiste el texto.
Guantánamo es el enclave militar más antiguo que Estados Unidos tiene en suelo extranjero. La base naval fue establecida cuando la nación norteña ocupó Cuba tras derrotar al ejército español en la Guerra hispano-estadounidense (1898) y su arrendamiento quedó establecido por un convenio bilateral de 1903 que otorgaba la potestad a EE.UU de permanecer en el terreno durante el tiempo que necesitase.
Tras más de medio siglo de enemistad acérrima, ambos países restablecieron relaciones diplomáticas en 2015 e iniciaron un proceso de normalización truncado ahora con la llegada del presidente Donald Trump, quien ha revertido parte de los avances impulsados por su predecesor, Barack Obama.
