Una mujer sostiene un letrero durante una marcha en rechazo a las posibles sanciones que podría aplicar la OEA al gobierno del presidente Nicolás Maduro en Caracas, Venezuela, el martes 28 de marzo de 2017.
La Habana, Cuba.- Cuba señaló hoy la coincidencia “evidente” entre la “actual agitación” de la Organización de Estados Americanos (OEA) contra Venezuela y la “conjura” que provocó la salida de la isla de ese organismo en 1962, cuando funcionaron “las intensas presiones y chantajes de Estados Unidos».
El país caribeño se posicionó hoy sobre el tema en un comunicado de su Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex) publicado en la portada de los diarios estatales Granma y Juventud Rebelde, en el que se refirió a la “batalla” contra las “intenciones imperiales y oligárquicas” de la OEA en la sesión celebrada el martes en Washington (EE.UU) para tratar la situación de Venezuela.
“Es evidente la coincidencia entre la actual agitación de la OEA y aquel 1962, cuando la conjura era contra Cuba”, señala el texto, que insiste en que durante la sesión -en la que Cuba no participó- se libró un combate contra las “intenciones imperiales y oligárquicas” de truncar la soberanía de los países.
Cuba llamó a la OEA “Ministerio de Colonias” y la acusó de volver a plegarse ante “las intensas presiones y chantajes de EE.UU sobre un grupo de países, incluyendo los más pequeños y vulnerables; y otra vez se produjo la actitud sumisa de aquellos que prefieren hincarse y someterse” ante el Gobierno estadounidense.
“La OEA demostró una vez más su incapacidad para frenar la execrable e histérica postura de su secretario general (Luis Almagro), al servicio de los centros de poder y en franca violación de la letra y el espíritu de la propia Carta de esa lamentable organización”, prosigue la declaración.
Según la isla, quedó demostrado cómo el Consejo Permanente de la organización “intervino en asuntos de la jurisdicción interna de uno de sus Estados miembros”, en “flagrante quebrantamiento” de la Carta fundacional del organismo.
El texto aplaude que no hayan prosperado los intentos de confirmar la suspensión de Venezuela y de aprobar un informe o una hoja de ruta “mal intencionados e injerencistas».
“Se demostró que Venezuela no está sola”, agrega el comunicado, que señala como “motivo de orgullo” la “valiente defensa” de quienes se pusieron “del lado de la verdad, la razón y la justicia” y contra la “OEA, su Secretario General y su dueño».
Finalmente, la Cancillería cubana celebró al “pueblo bravo, cuyos derechos humanos y libertades democráticas fueron enaltecidos por la Revolución (Bolivariana de Hugo Chávez)”, que marchó el martes en apoyo al presidente venezolano, Nicolás Maduro.
La OEA convocó a una reunión este martes en la que veinte de sus 34 Estados miembros activos se comprometieron a concretar una hoja de ruta “en el menor plazo posible” para “apoyar el funcionamiento a la democracia y el respeto al Estado de Derecho” en Venezuela, pese al rechazo frontal de Caracas.
En Caracas miles de simpatizantes del chavismo se concentraron para rechazar la sesión en una marcha que concluyó con el anuncio del vicepresidente venezolano, Tareck el Aissami, de que impondrían una demanda a Almagro por haber difundido “mentiras».
El pasado 14 de marzo Almagro pidió suspender a Venezuela de la OEA como última medida de presión para que Maduro convoque elecciones y tras constatar el fracaso de todos los intentos de diálogo.
Esta es la primera reacción oficial del Gobierno cubano a la posición de la OEA contra Venezuela, aunque ya anteriormente la prensa estatal de la isla ha publicado artículos sobre el tema, una estrategia oficiosa empleada tradicionalmente por las autoridades del país caribeño para posicionarse ante temas de actualidad.
Almagro también protagonizó un polémico encontronazo con Cuba el pasado febrero tras la negativa del país caribeño de autorizar su ingreso a La Habana, donde recibiría un premio en memoria del disidente cubano Oswaldo Payá, fallecido en 2012.
En esa ocasión, Almagro confesó estar “dolido” por las “mentiras» de Cuba y consideró que el país “no está listo” para volver al organismo, del que fue expulsado en 1962.
El Gobierno cubano por su parte defendió la “intachable» transparencia de su diplomacia y descartó una vez más la posibilidad de reintegrarse en la OEA.