
Casi la mitad de los adultos estadounidenses padece presión arterial alta, un problema que incrementa el riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares. Frente a esta realidad, los expertos en nutrición destacan que una alimentación equilibrada puede marcar la diferencia, y las verduras congeladas se consolidan como una alternativa práctica y saludable.
Contrario al mito de que pierden nutrientes, un informe de EatingWell indica que las verduras congeladas conservan, e incluso en algunos casos superan, el valor nutricional de las frescas gracias a su proceso de congelación rápida. Este método preserva minerales como el potasio y el magnesio, claves para regular la presión arterial.
A continuación, las cuatro opciones más recomendadas por los nutricionistas:
1. Repollitos de Bruselas

Son ricos en fibra, hierro, vitamina K y potasio, nutrientes que ayudan a mantener la salud del corazón y regular la presión. Su potasio contrarresta los efectos del sodio, y su fibra contribuye a reducir el colesterol. Pueden prepararse al horno para una textura crujiente y acompañarse con proteínas magras como pollo o pescado.
2. Espinacas

Aportan potasio, magnesio y nitratos naturales, que el cuerpo transforma en óxido nítrico, una sustancia que favorece la dilatación de los vasos sanguíneos. Ya precocidas, las espinacas congeladas se integran fácilmente en batidos, sopas o tortillas, siendo una opción rápida y nutritiva.
3. Brócoli

Destaca por su contenido en vitamina C, fibra y antioxidantes. Ayuda a reducir el colesterol LDL y combate la inflamación, un factor relacionado con la hipertensión. Su versatilidad permite incorporarlo en pastas, sopas o salteados, o simplemente asarlo con aceite de oliva y limón.
4. Coliflor

Con alto contenido de fibra y vitamina C, favorece el control del peso y del colesterol. Puede emplearse en purés, arroz de coliflor o bases de pizza, y al asarla se potencia su sabor.
Cómo aprovecharlas mejor
Los especialistas recomiendan elegir verduras congeladas sin salsas ni sal añadida, y cocinarlas al vapor o al horno para preservar sus vitaminas.
Además de ser económicas y duraderas, estas verduras ofrecen una forma sencilla de mejorar la dieta diaria y contribuir al control de la presión arterial, promoviendo la salud cardiovascular a largo plazo.