Cuando llega un embajador

Cuando llega un embajador

Cuando llega un embajador

Federico Alberto Cuello

Es usual que un nuevo gobierno renueve y rote su cuerpo diplomático. La renovación irriga al equipo de sangre nueva y la rotación permite el crecimiento personal y profesional de sus miembros.

Antes de llegar a su destino, el embajador tendrá claras prioridades. ¿Promover el comercio y la inversión? ¿Expandir el turismo? ¿Incrementar la cooperación bilateral? ¿Estrechar el diálogo político? Cada tema tiene contrapartes en ambos países. Por ello deberá armar desde antes de irse una red relevante de contrapartes públicos y privados, sin cuyo apoyo ningún tema avanzará.

Al llegar a su destino, enviará oficio al Ministerio de Exteriores informando sobre la toma de posesión en el cargo, poniendo así en marcha su incorporación a la nómina del servicio exterior. Solicitará igualmente su credencial diplomática, su permiso de conducir y su pase de acceso al aeropuerto.

Tramitará cita al Ministerio de Exteriores para presentar sus cartas de estilo. En el encuentro de 10 minutos sintetizará sus prioridades, pudiendo hacer gala de la artesanía nacional en la forma de regalos para sus anfitriones.

Enviará luego una nota verbal al cuerpo diplomático informándoles que presentó cartas de estilo, esperando seguir estrechando los lazos que siempre han existido entre sus respectivos países y embajadas. En la mayoría de países el embajador ya podrá ejercer sus funciones oficiales.

Será el momento de solicitar citas para visitar a los demás embajadores en orden de precedencia—comenzando por el de mayor antigüedad—para darse a conocer y enriquecerse de sus experiencias, pues son por lo general personas distinguidas de sus países con amplia trayectoria profesional.

En otros países, hasta que no presente cartas credenciales al Jefe del Estado el embajador deberá guardar bajo perfil. Desde que sepa cuándo será recibido, organizará el vino de honor que ofrecerá al cuerpo diplomático e invitados especiales después de terminada la ceremonia. Para ello usará la base de datos de contactos que desde antes de llegar comenzó a organizar y que será elemento clave de su éxito.

Los detalles de la ceremonia de presentación de credenciales varían mucho entre países. En cada caso hay que informarse previamente con las autoridades de protocolo sobre la vestimenta a utilizar, naturaleza y duración de la conversación con el Jefe del Estado, presencia o no del o la cónyuge y de una representación de la embajada.

Cada embajada debe estar preparada para suministrar copia de la partitura de nuestro himno nacional con antelación, pues sin practicar no podrán ejecutarse correctamente sus gloriosas notas para hacer vibrar las almas de los espectadores.

El día concluye con el vino de honor, donde el embajador brindará por el pueblo y la salud del Jefe del Estado del país anfitrión, siendo correspondido por un brindis similar de parte del gobierno anfitrión a favor del pueblo dominicano y la salud de nuestro Presidente.

La actitud, comportamiento, imagen y preparación del embajador serán espejo del país y determinarán el trato que recibirá en lo adelante. En sus manos estará el éxito de su gestión.



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