El Gobierno ha sido reiterativo en que el precio de los combustibles seguirá siendo subsidiado mientras el barril del petróleo siga cotizándose por encima de 85 dólares el barril, y por tanto, no subirán de precio.
La medida ha tenido un impacto positivo en la estrategia para contener la inflación. Los expertos aseguran que ese subsidio ha permitido evitar alrededor de seis puntos porcentuales al nivel inflacionario actual.
Pero en lo que va del año ha implicado un sacrificio de 40 mil millones de pesos para el gobierno dominicano.
Cuando el Ministro de Industria y Comercio dice que el subsidio se mantendrá mientras el petróleo se cotice por encima de los 85 dólares el barril no faltan quienes pregunten si entonces cuando baje de ese umbral habrá una reducción de precios.
La lógica económica incida que debe haber un espacio para la compensación presupuestaria, pero cuando se piensa en el elemento político no sorprendería una decisión distinta.
Cualquiera que sea la decisión, debe primar el interés por mantener la salud macroeconómica, aunque haya que luchar contra el populismo o la política electoral.
El manejo de la economía dominicana ha sido elogiado por todos los organismos internacionales, al igual que la madurez mostrada por los dominicanos en tiempo de crisis.
La racionalidad debe imponerse en lo relativo al precio de los combustibles.