Dice un dicho popular que en el amor y en la guerra todo vale. Quizá habría que añadir, como actualización, que en el mercado de celulares de última generación también.
Las compañías aprovechan cualquier resquicio de debilidad de su competidor para sacar provecho, a veces mofándose descaradamente de la marca contraria.
Samsung y Apple llevan años lanzándose dentelladas (en tribunales o en sus campañas publicitarias), y su último choque fue a costa de la supuesta fragilidad del iPhone 6 de Apple.
Al presentar Samsung su último modelo de celular inteligente en octubre, el flamante Galaxy S6 Edge, aludió al supuesto exceso de flexibilidad del modelo de Apple y los rumores que dicen que se dobla con el uso cotidiano. «Es curvo, no doblado», dijo la firma surcoreana sobre su modelo, azuzando la polémica.
Pues bien, ahora una empresa aseguradora de teléfonos móviles, ha realizado unos test de estrés para comparar estos aparatos. Y la conclusión no ha gustado mucho a Samsung: su teléfono se deforma tanto como el de Apple y se rompe por completo en un punto de presión más bajo que su competidor, según el estudio de Square Trade.
En el banco de pruebas
Square Trade usó una maquinaria para simular las fuerzas que puede experimentar un celular en el bolsillo de atrás de un pantalón y la presión bajo la cual los diferentes modelos experimentan «un fallo catastrófico».
Sus conclusiones fueron las siguientes:
- Tanto el Samsung Galaxy S6 Edge como el iPhone 6 Plus se deformaron aplicando una fuerza de 50 kilogramos (Kg). Sin embargo, la pantalla de Samsung se resquebrajó y la del iPhone no.
- El último modelo de HTC –One M9- no se dobló hasta que se le aplicaron 54 kg, pero en ese momento se rompió quedando inutilizable.
- El S6 Edge se quebró al llegar a 67 Kg, dejando de funcionar.
- El iPhone 6 Plus paró de funcionar al aplicarle una fuerza de 81 Kg.
- Samsung no quiere aceptarlo
- El estudio sugiere que los propietarios del Samsung Edge corren el riesgo de tener el «bolsillo lleno de cristales» si ponen sus teléfonos bajo demasiada presión.
La compañía surcoreana no se resignan a aceptar esta prueba, ya que sería un golpe difícil de encajar después de alardear de que su modelo era «el más duro del mercado».
Samsung ha solicitado a Square Trade revisar la prueba, ya que en su opinión, «puede inducir a error a los consumidores». Una invitación aceptada por ésta.
- Aun así, Samsung se pone la venda antes de la herida. La empresa asegura que sus teléfonos no se doblan «por el uso diario».
«La fuerza normal que se genera cuando una presiona el bolsillo trasero es aproximadamente 30 Kg», asegura en un comunicado.
Igualmente, Samsung sostiene que este test de Square Trade no mide la resistencia por ambos lados del teléfono.
«Algunos teléfonos inteligentes tienen diferentes niveles de resistencia» en cada una de sus caras, y Square Trade «sólo ha probado la parte frontal, lo que puede confundir a los consumidores», sostiene.