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¿Cuál es la mejor edad para aprender un idioma (y cuáles son las ventajas de empezar tarde)?

BBC Mundo Por BBC Mundo
¿Cuál es la mejor edad para aprender un idioma (y cuáles son las ventajas de empezar tarde)?
Los adultos jóvenes también pueden ser buenos estudiantes de idiomas

Es una mañana fresca en la «Spanish Nursery», una guardería bilingüe en el norte de Londres, Reino Unido.

Los padres ayudan a sus hijos a quitarse cascos y chaquetas de ciclismo, mientras los maestros saludan a los niños con un abrazo y un alegre «¡Buenos días!».

En el patio de recreo, una niña pide, en español, que le recojan el cabello en una «coleta», y luego hace rodar una pelota y grita «¡Atrápala!» en inglés.

A esta edad los niños no aprenden un idioma, lo adquieren», dice la directora de la escuela, Carmen Rampersad.

Eso parece resumir la envidiable falta de esfuerzo de los pequeños políglotas que la rodean.

Para muchos de los niños de esta guardería, el español es un tercer o incluso cuarto idioma.

Sus lenguas maternas incluyen croata, hebreo, coreano y neerlandés.

Y si uno compara esto con la lucha que para un adulto promedio implican las clases de idiomas, sería fácil concluir que es mejor comenzar desde muy joven.

La ciencia, sin embargo, ofrece una visión mucho más compleja de cómo evoluciona nuestra relación con los idiomas a lo largo de la vida, y hay mucho para alentar a los principiantes tardíos.

Niños en clase
La edad también ayuda a adquirir habilidades útiles para el aprendizaje.

Los niños pequeños, por su parte, destacan en aprender implícitamente: escuchar a hablantes nativos e imitarlos.

Pero este tipo de aprendizaje requiere pasar mucho tiempo con hablantes nativos.

En 2016, el Centro de Asuntos de Bilingüismo preparó un informe interno sobre las lecciones de mandarín en las escuelas primarias.

Descubrieron que una hora a la semana de enseñanza no marcaba una diferencia significativa para los niños de 5 años.

Pero incluso una media hora adicional, y la presencia de un hablante nativo, ayudaba a los niños a comprender elementos del mandarín que son más difíciles para los adultos, como los tonos.

Aprendizaje fácil

Todos comenzamos como lingüistas naturales. Cuando somos bebés, podemos escuchar las 600 consonantes y 200 vocales que componen los idiomas del mundo.

Pero en nuestro primer año, nuestros cerebros comienzan a especializarse, sintonizándose con los sonidos que escuchamos con mayor frecuencia.

Bebé llorando
Nunca es demasiado tarde para aprender.

Trenkic, quien es originaria de Serbia, solo empezó a hablar inglés con fluidez cuando tenía 20 años, después de mudarse a Reino Unido.

Y dice que todavía comete errores gramaticales, especialmente cuando está cansada o estresada.

«Sin embargo, a pesar de todo eso, y esto es crucial, puedo hacer cosas increíbles en inglés», agrega.

«Puedo disfrutar de las mejores obras literarias, puedo producir textos publicables», destaca.

De hecho, el cuestionario del MIT la clasificó como una hablante nativa de inglés.

Y en la guardería española, donde los maestros cantan «Cumpleaños feliz» y en la estantería de la esquina hay un ejemplar de The Gruffalo en hebreo, la directora también resulta ser una principiante tardía.

Carmen Rampersad creció en Rumania y solo empezó a dominar el inglés cuando se mudó al extranjero, a los 20 años.

Y aunque sus hijos aprendieron español en la guardería, quizás el lingüista más aventurero es su esposo.

Originario de Trinidad, aprendió rumano de su familia política, que vive cerca de la frontera con Moldavia.

«Su rumano es excelente», dice ella. «Y lo habla con acento moldavo. Es muy divertido».

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