La genial idea de Abinader de traer barcos turistas para alojar a enfermos de coronavirus es peor de lo que inicialmente temí. Desde una cuenta Gmail alguien que dice ser Luis me escribió este martes.

Envió un enlace de Carnival, línea desesperada por generar ingresos con sus mas de cien cruceros vacíos. Ofrece usarlos como hospitales. Claro, como negocio. Ese mensaje decía: “Mándalo a Palacio para ver si verdaderamente están interesados en salvar vidas”. Otro correo igual, con un post de una agencia de viajes local, decía: “para tu educación y la de tus jefes”. No quise creer que fue Luis, pues anteriormente me ha escrito desde su correo corporativo, no Gmail. Le respondí: “Gracias Luis.

En política no tengo jefes, sí amigos y esos me respetan; en mi oficina de abogado clientes, y también me respetan.

Cuídate mucho…”. Estimo que Luis posee muchas virtudes, pero me apenaría mucho que haya sido realmente él quien escribió eso. Sería preocupante un posible presidente que cree que sus críticos responden a “jefes”… ¡Caramba!