Venezuela cerró este sábado los tres puentes que lo unen con Colombia en una jornada clave en la crisis política que vive el país.
Los intentos de acercarse a la frontera de Venezuela desde el lado colombiano para tratar de introducir ayuda humanitaria fueron contestados por las fuerzas de Venezuela con el lanzamiento de gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.
Los activistas de la oposición denunciaron la «represión» por parte de las fuerzas de seguridad, que evitaron la entrada de ayuda, tal y como había solicitado el presidente, Nicolás Maduro.
Funcionarios de Protección Civil del estado fronterizo Táchira, en Venezuela, dijeron a BBC Mundo que hubo un muerto y tres heridos de bala en el Puente Simón Bolívar, en San Antonio de Táchira, donde durante toda la jornada hubo enfrentamientos violentos.
La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, había anunciado a última hora del viernes el cierre temporal del ingreso fronterizo de los puentes Simón Bolívar, Unión y Santander, los tres principales puntos oficiales de acceso terrestre a Venezuela desde suelo colombiano.
«El Gobierno Bolivariano informa a la población que, debido a las serias e ilegales amenazas intentadas por el Gobierno de Colombia contra La Paz y la soberanía de Venezuela, ha tomado la decisión de un cierre total temporal de los puentes Simón Bolívar, Santander y Unión», escribió Rodríguez en su cuenta de Twitter.
El Gobierno Bolivariano de Venezuela otorga plenas garantías al pueblo venezolano y colombiano de tener pasos fronterizos seguros. En cuanto se controlen las groseras acciones de violencia contra nuestro pueblo y nuestro territorio, serán restablecida la normalidad fronteriza», añadió.
La decisión se tomó en medio de la crisis política que se vive en Venezuela a raíz de la proclamación del opositor Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento), como «presidente encargado» el 23 de enero.
Desde entonces, más de 50 países han reconocido a Guaidó como presidente legítimo de Venezuela y a la vez, desconocen el gobierno chavista de Nicolás Maduro.
La tensión aumentó en los últimos días con el anuncio de la entrega de cerca de 300 toneladas de ayuda humanitaria -provenientes en su mayoría de EE.UU.- para este sábado 23 de febrero en distintos puntos fronterizos.
Por esa razón, Maduro, que niega que en su país hay una «crisis humanitaria», había ordenado esta semana el cierre de las fronteras con las islas de Aruba, Bonaire y Curazao y con Brasil anteriormente.
Cientos de personas, comandados por Guaidó, que este viernes cruzó a Cúcuta, en Colombia, pese a la prohibición de salida del país, trataron de romper el cerco e introducir la ayuda a un país que atraviesa una severa crisis económica desde hace años.
La oposición también quiso intentar la entrada por mar y por la frontera con Brasil.
Un barco cargado con ayuda recogida en Puerto Rico para Venezuela llegó este sábado al límite fronterizo marítimo con Venezuela.
Según precisaron fuentes cercanas a las operaciones a BBC Mundo, tres embarcaciones de la Armada venezolana se acercaron al barco de Puerto Rico y no atienden la radio cuando este último trata de contactarles, por lo que de momento se mantienen en aguas internacionales.
Previamente, se produjo un contacto con el comando general de la Armada venezolana, que negó el paso del barco de Puerto Rico por falta de «un permiso sanitario», según informó la cadena estadounidense Telemundo, que viaja a bordo.
Por otro lado, los camiones con ayuda, protegidos por personas, salieron de Cúcuta, en Colombia, pero se encontraron con el bloqueo en la parte de Venezuela. Las fuerzas de seguridad lanzaron lacrimógenas para dispersar a la multitud.
Uno de los camiones de ayuda fue incendiado en uno de los puente fronterizos entre Venezuela y Colombia.
La estrategia de la oposición era la de forzar al Ejército a permitir la entrada de los insumos, lo que sería visto como una debilidad del gobierno de Maduro, al que sus rivales tildan de «dictador» y que asegura que todo esto es un intento de «golpe de Estado» de la oposición y de gobiernos como los de Colombia y Estados Unidos.
«No son desertores aquellos guardias y efectivos de las FFAA (Fuerzas Armadas) que decidan sumarse a nuestra lucha. Han decidido ponerse del lado del Pueblo y de la Constitución», escribió Guaidó en su cuenta de Twitter.
El ejército es uno de los principales apoyos que tiene el presidente socialista Maduro, al que la oposición considera un «usurpador» tras el triunfo en las elecciones de mayo del año pasado que no fueron reconocidas por buena parte de la comunidad internacional.
Por ello, Guaidó, presidente del Parlamento, único poder del Estado controlado por la oposición, se proclamó «presidente encargado» el 23 de enero.
«Exigimos que se permita su ingreso en forma pacífica a territorio venezolano para beneficio de quienes lo necesitan. Impedirlo es un atentado contra los derechos humanos que podría constituir un crimen de lesa humanidad», dijo el presidente de Colombia, Iván Duque, al pedir a las Fuerzas Armadas de Venezuela que permitan la entrada de la asistencia.
«La ayuda humanitaria en definitiva va camino a Venezuela de manera pacífica y de manera tranquila para salvar vidas», dijo Guaidó.
Disturbios
El corresponsal de BBC Mundo en Venezuela, Guillermo Olmo, registró el momento en que la Guardia Nacional Bolivariana bloqueó este sábado el paso para cruzar hacia Colombia en Ureña, en el estado Táchira.
«La frontera de Venezuela con Colombia amanece con los pasos cerrados y fuerte despliegue de la Guardia Nacional y tanquetas antimotines. Malestar entre la población local, que depende de poder cruzar al otro lado para sobrevivir», anotó.
También señaló que los uniformados comenzaron a repeler la presión de las personas que querían cruzar hacia Colombia.
«La Guardia Nacional venezolana lanza bombas lacrimógenas contra los concentrados que exigen la apertura de la frontera», indicó.
Las localidades de San Antonio y Ureña fueron escenario de disturbios entre fuerzas de seguridad de Venezuela y manifestantes.
El viernes se denunció que hubo cuatro muertos y varios heridos en la frontera con Brasil, por donde este sábado entró parte de la ayuda humanitaria, según la oposición, que al mismo tiempo denunció una fuerte «represión» en Santa Elena de Uairén, en el límite con Brasil.
Por su parte, varios miembros de la Guardia Nacional Bolivariana y de otros cuerpos de las fuerzas de seguridad que custodiaban uno de los puentes entregaron sus armas y se entregaron a las autoridades colombianas.
Guaidó, que se considera comandante en jefe de la Fuerza Armada, aún mayoritariamente leal a Maduro, dijo que no se aplicaría el delito de traición a la patria.
De acuerdo a la agencia Reuters, que citó fuentes de Migración Colombia, 18 efectivos de las fuerzas de seguridad venezolanas se entregaron.
«Han fracasado»
El presidente Nicolás Maduro celebró la jornada como un triunfo.
«Hoy pretendieron un show más», dijo en un acto ante miles de simpatizantes en Caracas.
«30 días después, el golpe de Estado ha fracasado, los hemos derrotado», dijo en referencia a la oposición. Se cumple este sábado justo un mes desde que Guaidó se proclamó «presidente encargado» el 23 de enero.
Los simpatizantes de Maduro gritaron «preso, preso» en referencia a Guaidó.
«Por ahora y por muchos años estaré al frente del destino llevando las riendas de la patria», presumió Maduro.
«Como les dije hace 30 días, pasarán los días, las semanas y Nicolás Maduro seguirá al frente de la patria y aquí estoy de pie», agregó.
«Proceso irreversible»
Por su parte, Guaidó, flanqueado en Cúcuta por el presidente de Colombia, Iván Duque, del de Chile, Sebastián Piñera, y del secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, se mostró optimista.
«Es un proceso irreversible, todo va a cambiar a partir de hoy en Venezuela», dijo Guaidó, que denunció la violencia de parte de las fuerzas de seguridad y dijo que parte de la ayuda consiguió entrar.
«Están masacrando al pueblo de Venezuela», denunció la «represión» policial.
«Quiero enviar un mensaje de optimismo: la libertad va a triunfar más temprano que tarde», agregó Piñera, presidente de Chile y rival de Maduro.