Samsung Group, que durante décadas fue el paladín corporativo de Corea del Sur, encara una revuelta en su mercado local.

Un total de 527 compradores de teléfonos inteligentes exigen que Samsung pague a cada querellante alrededor de 440 dólares por tiempo y esfuerzos malogrados cuando se produjo el llamado inicial a reparaciones de los teléfonos, que luego fueron descartados. Samsung dijo en un correo electrónico que examinará el pleito y emprenderá acciones en consecuencia.

En Corea crece la indignación desde que comenzó el retiro del mercado del Note 7, y la cantidad de dueños de Note 7 que exigen indemnización financiera está comenzando a subir.