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El número de rusos que se alojan en hoteles de Suiza disminuyó en 2014, ya que el rublo se desplomó y el gobierno del presidente Vladimir Putin instó a vacacionar en el país.
Eso se sintió en la ciudad alpina de St. Moritz, sede de los juegos Olímpicos de invierno de 1928 y 1948. Aquí, los coches caros recorren las calles repletas de boutiques como Prada SpA y Hermes International.
Famosa por su campeonato anual de polo sobre hielo y su adinerada clientela, la ciudad, que es más cara que Davos, ha demostrado ser recientemente un destino popular para la clase alta rusa.