Para seguir con las posibles implicaciones de la Covid-19 en el organismo de las personas infectadas y su evolución a largo plazo, comparto un segmento de un reporte científico de la Clínica Mayo relativo a los principales órganos que pueden estar en riesgo.
Con relación al corazón, las pruebas por imágenes tomadas meses después de la recuperación de la Covid-19 han mostrado daño duradero al músculo cardíaco, aun en el caso de las personas que presentaron solamente síntomas leves de la Covid-19.
Esto puede aumentar el riesgo de insuficiencia cardíaca u otras complicaciones cardíacas en el futuro.
Para los pulmones, el tipo de neumonía que con frecuencia se asocia con la Covid-19 puede causar daño duradero a los sacos de aire (alvéolos) en los pulmones.
El tejido cicatricial resultante puede llevar a problemas respiratorios a largo plazo.
Para el cerebro, aun en la gente joven, la Covid-19 puede causar accidentes cardiovasculares, convulsiones, y el síndrome de Guillain-Barré — una afección que causa parálisis temporaria.
La Covid-19 puede aumentar el riesgo de Parkinson y Alzheimer.
La Covid-19 puede hacer que las células sanguíneas formen coágulos. Mientras que los coágulos grandes pueden causar ataques al corazón y accidentes cardiovasculares, se piensa que mucho del daño al corazón causado por la COVID-19 viene de coágulos muy pequeños que bloquean los diminutos vasos sanguíneos en el músculo del corazón.
La Covid-19 también puede debilitar los vasos sanguíneos y hacer que tengan fugas, lo que contribuye a problemas posiblemente duraderos con el hígado y los riñones.
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