Covid-19: por qué tanta gente ha perdido interés en su trabajo (y qué hacer para volver a «encender la chispa»)
No había pasado mucho tiempo desde el inicio de la pandemia cuando Danielle, una maestra de 31 años en una escuela pública en Nueva Jersey, EE.UU., se dio cuenta de que casi todo lo que amaba de su trabajo había desaparecido.
«Todavía amaba enseñar, pero las circunstancias no me permitían hacer mi trabajo de la forma en que quería hacerlo», cuenta.
«La forma en que creo que los estudiantes aprenden mejor es hablando entre ellos y haciendo preguntas y no pudimos hacer nada de eso. No se les permitía trabajar en grupo, apenas hablaban. Fue horrible«.
Ella nunca dudó de que enseñar era su vocación antes de la pandemia, pero Danielle comenzó a sentir rechazo cuando tenía que ir a trabajar.
A lo largo del último año y medio, muchos empleados se sintieron de manera similar con trabajos que alguna vez amaron y cuyas tareas se volvieron notablemente diferentes.
Algunos encontraron que se incrementó el desinterés preexistente, mientras que otros descubrieron un nuevo nivel de disgusto en sus posiciones o con sus obligaciones.
Y aunque no todos los trabajadores tienen que amar su empleo, mantener un relación positiva, o al menos neutral, es clave para que muchos transiten su día laboral satisfactoriamente.

Millones de trabajadores que ahora están en conflicto con sus profesiones se encuentran en situaciones difíciles.
Puede ser desconcertante estar en un trabajo con el que ya no te sientes conectado, especialmente si no tienes una alternativa en el horizonte.
También es difícil saber si estás atravesando una fase de desinterés o si tu chispa se está apagando de forma permanente.
Entonces, ¿qué sigue? ¿Hay alguna manera de volver a encender la pasión por un trabajo que alguna vez te sentiste bien haciendo? ¿Deberías intentarlo?
Caída del interés
Existe un fenómeno muy claro y actual de personas que experimentan una caída del interés en su trabajo, dice Jon M. Jachimowicz, profesor asistente de comportamiento organizacional en la Escuela de Negocios de Harvard.
«Particularmente al comienzo de la pandemia de covid, la gente comenzó a pasar mucho más tiempo en casa y eso les dio mucho más tiempo de inactividad», describe.
«Cuando estás en la oficina y hay mucho trabajo, no tienes tanto espacio y tiempo para reflexionar. Es difícil alejarse y pensar en el próximo mes, año o cinco años de tu vida. Estar en casa te obliga a eso, para bien o para mal», añade.
«Esto hizo que la gente comenzara a preguntarse: ¿cómo puedo vivir una vida o tener una carrera que esté en línea con lo que realmente me interesa?», asegura Jachimowicz.
Cuando estás en la oficina y hay mucho trabajo, no tienes tanto espacio y tiempo para reflexionar. Estar en casa te obliga a eso, para bien o para mal»
Además de una mayor introspección de los trabajadores, Stacey Lane, asesora profesional ubicada en Oregón, EE.UU., dice que una caída en el interés podría deberse a que muchos empleos se redujeron a sus tareas más esenciales.
Los trabajadores que pueden haber dicho que disfrutaban de su trabajo antes del confinamiento se dieron cuenta de que no era el trabajo en sí lo que les gustaba.
«De repente, las personas ya no iban a un lugar de trabajo y ya no tenían esas conexiones sociales. Y para mucha gente, eso es lo que los une a su trabajo, aunque no se den cuenta», analiza.
«No era el trabajo real que estaban haciendo, era la cultura, la gente, y eso no se puede trasladar al trabajo remoto. Es todo un paquete, hasta que deja de serlo, y luego piensas: ‘en realidad no estoy interesado en esto'».
Sin embargo, según Jachimowicz, otros perdieron el interés porque hacer su trabajo durante la pandemia se volvió inusualmente difícil y los empleadores no hicieron mucho para ayudar.
«Lo vemos mucho en personas que no se sienten apoyadas o que se sienten con exceso de trabajo», dice.
«Lo más común que escucho en estos días es que los empleados están agotados o con burnout, ya sea porque la carga de trabajo aumentó o porque lo que llamamos un contrato psicológico -toda la confianza no escrita que existe entre una organización y un empleado- se quebró«, apunta.
«La gente reacciona con una pérdida de interés y desean abandonar sus trabajos».
