COVID-19: oportunidad para las energías renovables (1 de 2)

COVID-19: oportunidad para las energías renovables (1 de 2)

COVID-19: oportunidad para  las energías renovables (1 de 2)

En el documento titulado “World Energy Outlook 2020”, la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) publica sus informaciones y datos más actualizados sobre el estado actual de la energía a nivel global, proyectando diferentes escenarios para el próximo año y la tendencia que puede seguir marcando al 2030.

Esta mirada global a un sector tan importante para el desarrollo también asume esos escenarios partiendo de los efectos de la pandemia del COVID19 que actualmente impacta al mundo.

Como primer elemento analizado, la agencia determina que para el final del año 2020 la demanda energética global puede caer 5%. Esto se traduce directamente en el mercado del consumo de los combustibles, representado por una baja en el uso del crudo de petróleo en 8% y 7% del carbón mineral; los cuales ya se encuentran impactados por el incremento en el despliegue de tecnologías renovables.

Esta reducción en la demanda de energía también afectará al gas natural, proyectando una reducción de 3% en su demanda, luego de que en 2018 y 2019 se vio un cambio en la tecnología de carbón mineral por gas natural, como resultado de las políticas adoptadas por los Estados Unidos de América y China.

El reporte también resaltó que estas reducciones provocarán un decrecimiento en las emisiones de CO2 relacionadas con la producción de energía eléctrica, lo que significaría una disminución de 2.5 gigatones (GtCO2), lo que llevaría las emisiones a los niveles de 2010.

La duración de la pandemia es claramente incierta por lo que la IEA asume que la disminución de la demanda energética puede prolongar su efecto hasta 2025, impactando los mercados económicos y los combustibles.

Este efecto se sentirá en economías en desarrollo como India, así como en economías menos desarrolladas como la de la República Dominicana.

En aquellos países con una matriz energética poco eficiente y altamente dependiente de los combustibles fósiles, que, por atender prioridades en materia de salud pública y crisis económica, no pueden disponer de una mayor cantidad de recursos económicos para diversificar la matriz ni para invertir en el mercado eléctrico no solo mantendrá en retraso a esos países, y afectará, entre otros, el derecho de acceso a la energía de sus ciudadanos.

Por otra parte, el reporte declara enfáticamente a la tecnología solar fotovoltáica (solar PV) como el nuevo rey de la energía eléctrica global.

En todos los escenarios proyectados por la agencia, esta tecnología juega un papel importante en el robustecimiento de los sistemas energéticos, como consecuencia de la aplicación de políticas públicas firmes, novedosas y enfocadas a su despliegue.

Ciertamente, el impacto de esta tecnología todavía se encuentra por debajo de la generación hidroeléctrica, pero se espera que establezca nuevos récords para el 2022, quizás superándola.

Por otra parte, la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA) ha confirmado que las energías renovables a final de año habrán aumentado su presencia en la producción de energía global en un 7%, gracias a las inversiones que en 2018 alcanzaron USD$351 billones, sumando en 7 años alrededor de USD$1.5 trillones.

No obstante, esta cifra todavía se estima insuficiente para lograr un cambio considerable en la transición energética, por lo se requieren aún más esfuerzos económicos.

*Por Ángel Leonel Canó Rodríguez



El Día

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