Costoso Congreso
Muchos legisladores primerizos hicieron campaña ofreciendo cambiar cómo se hacen las cosas en el Congreso.
Los reelectos igualmente, sean del PRM, del PLD, tránsfugas o minoritarios, dicen apoyar una renovación ética y moral. Sin embargo, a la hora de la verdad, casi ninguno renuncia a las ventajas conocidas como barrilito, cofrecito o “ayuda presupuestaria”, exoneraciones para vehículos y otras cuestionables asignaciones que reciben aparte de sus salarios.
Faride Raful dice que se opone a que recursos de Erario sean usados para bienestar de congresistas o prácticas asistencialistas, pues no es el rol del Congreso. Pero no renuncia a sus prebendas pese a denuncias de que ya ha recibido casi RD$1.6 millones aparte del sueldo.
Si es mentira debería desenmascarar a sus acusadores. Nuestros políticos están muy acostumbrados a decir una cosa y luego hacer otra sin ninguna consecuencia, una “impunidad” terrible pues es una corrupción aún no sea dineraria.
Ojalá los legisladores asuman que “el cambio” no es solo para el Poder Ejecutivo. El costoso Congreso Nacional debe ser más austero.
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