Santo Domingo.-Para Cosiris Rodríguez, el ser llevada a la Fama del Deporte Dominicano, tiene grandes significados: un premio al esfuerzo y un sueño anhelado, unifica toda la grandeza de un atleta.

“Hoy me siento más que orgullosa, súper honrada con este galardón, que he logrado en base a un gran sacrificio en una carrera hermosa que disfruté como selección de voleibol de mi país”, dijo.

Cosiris está dedicada al negocio, y en los próximos días lanzará una tienda de ropa. “Pero no solo eso, también seguiré enseñando lo que aprendí, dando clínica de voleibol en San Cristóbal, la capital y otros lugares”, sostuvo.

La destacada voleibolista sancristobalense cosechó grandes frutos representando al país en múltiples eventos internacionales y será inmortalizada en el ceremonial que celebrará el Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano este domingo, conmemorativo al 50 aniversario de la entidad.

Su carrera

Nacida en agosto 30 de 1977 en San Cristóbal, Cosiris Rodríguez es una de las jugadoras dominicanas que más participaciones ha tenido con la Selección Nacional, habiendo representado a su país en 336 partidos internacionales.

Fue piedra angular en las dos medallas de oro y una de plata conquistadas por República Dominicana en certámenes oficiales, como el oro en los Panamericanos de Santo Domingo 2003, el mayor logro que ha tenido el voleibol femenino en su historia.

Con ella como principal atacante, el equipo tricolor venció a Cuba en un partido histórico que se prolongó a cinco parciales.

También contribuyó en las medallas de oro y plata en Juegos Centroamericanos y del Caribe, que tuvieron lugar en Maracaibo ’98, Venezuela, y el título en los Centroamericanos de 2006 escenificados en Cartagena de Indias, Colombia.

Señalada como una de las mejores rematadoras de su generación, nacional e internacionalmente, Cosiris se diferenció por cargar siempre con la ofensiva del seleccionado tricolor en los momentos de presión.

Era típico verla decirle a la colocadora de la época, Francia Jackson, “tíramelas todas, las mías y las de mis compañeras”, cuando los partidos estaban en la línea y se necesitaba quitar una pelota o agrandar una ventaja.

La exatleta dominicana cosechó muchos frutos más y ahora enseña lo que aprendió en su gran época.