Corruptos de la FIFA comenzaron a caer

Una juez neoyorquina sentenció ayer a José María Marín, expresidente de la Confederación brasileña de fútbol, a cuatro años de cárcel por su participación en el escándalo de corrupción que sacudió a la FIFA.

La jueza Pamela Chen, de la corte federal de Brooklyn, también ordenó que Marín deberá pagar los 3,3 millones de dólares que ganó en sobornos que le pagaban compañías de mercadotecnia deportiva a cambio de suculentos contratos para transmitir torneos importantes.

Marín, de 86 años, deberá pagar además una multa de 1,2 millones de dólares, dijo Chen.

El gobierno había pedido una condena de 10 años. Marín es el primer sentenciado en Estados Unidos entre los acusados en el sonado caso que no se declararon culpables y fueron a juicio.