El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, confirmó este lunes en un mensaje televisado que el fin de semana se reunió con altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos en el Palacio de Miraflores, en Caracas.
Maduro describió la reunión como «respetuosa, cordial y muy diplomática».
La Casa Blanca también confirmó el encuentro, en el que se abordaron varios temas incluyendo energía y seguridad energética, según la portavoz Jen Psaki.
La reunión sucedió en medio de la invasión rusa a Ucrania y cuando Occidente tiene sobre la mesa la posibilidad de imponer un embargo al petróleo de Moscú como parte de las sanciones. Sobre ello debate este martes el Parlamento Europeo.
El encuentro de representantes venezolanos y estadounidenses este fin de semana en Caracas es el primero desde que Washington rompiera relaciones con Caracas en 2019, tras la imposición de sanciones y acusar a Maduro de fraude electoral.
Estados Unidos reconoce al líder de la oposición Juan Guaidó como el legítimo presidente de Venezuela, no obstante, Maduro recibió a la delegación visitante como mandatario en su despacho presidencial con las banderas de ambos países desplegadas.
«Estaban las banderas de Estados Unidos y Venezuela, y se veían muy bonitas unidas», declaró el líder venezolano.
Aunque no se divulgaron los detalles de las conversaciones que duraron dos horas, Maduro dejó entrever en su mensaje que el problema del alza de precios del petróleo en el contexto del conflicto en Ucrania y el veto a la producción rusa de crudo estuvo sobre la mesa.
«Hemos acordado trabajar en una agenda desde el respeto y la esperanza del mundo, para así poder avanzar una agenda que permita el bienestar y la paz de los pueblos de la región», declaró.
Sin mencionar fechas, Maduro añadió que las conversaciones continuarían.
Según la agencia de noticias Reuters, la delegación estadounidense estuvo compuesta por Juan González, el principal asesor de la Casa Blanca sobre asuntos latinoamericanos, el embajador James Story y Roger Carstens, enviado especial de EE.UU. para asuntos de rehenes.
Por la parte venezolana, además de Maduro, asistieron la primera dama y diputada Cilia Flores, y el presidente de la Asamblea Nacional chavista, Jorge Rodríguez.
«Petróleo de sangre»
Después del encuentro con Maduro, la misma delegación estadounidense se reunió Juan Guaidó, reconocido por Washington como presidente interino de Venezuela, y con otros representantes de la oposición en Venezuela.
Guaidó no hizo comentarios directos al respecto, pero emitió una declaración en la que dijo que brindará «mayor información sobre la reunión sostenida con dicha delegación, tras culminar labores de coordinación con el gobierno de los EE.UU. atendiendo razones de interés y seguridad nacional de nuestro aliado».
No obstante, el embajador de Guaidó ante EE.UU., Carlos Vecchio, publicó una serie de mensajes en Twitter criticando cualquier posible negociación energética con el gobierno de Maduro.
«Comprar petróleo a Maduro o a Putin es lo mismo. Son petróleo de sangre», escribió Vecchio.
En Estados Unidos también hubo fuertes críticas de parte de legisladores de línea dura que se oponen al gobierno de Maduro y abogan por un cambio de régimen.
«Que Biden organice reuniones secretas con el narcoterrorista Maduro sin siquiera informar a los venezolanos que han sufrido y arriesgado todo oponiéndose a Maduro es una vil traición», escribió este lunes en Twitter el senador republicano Marco Rubio, según informó la agencia AFP.
Por su parte, el senador demócrata Bob Menéndez, que también preside el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, declaró en un comunicado: «Nicolás Maduro es un cáncer en nuestro hemisferio y no deberíamos darle una nueva vida a su régimen de tortura y asesinato».
¿Por qué se acerca Washington a Caracas ahora?
De acuerdo a los expertos consultados por el diario The New York Times, que filtró la información sobre la reunión y su particular contexto el fin de semana, Washington estaría buscando alternativas al petroleo ruso.
Desde abril de 2019, EE.UU. no permite que Venezuela negocie su crudo en el mercado estadounidense, un comercio que le representaba el 96% de los ingresos al país sudamericano.
Pero cuando se empezaron a aplicar las sanciones contra las exportaciones de gas y petróleo de Rusia, varias figuras influyentes afiliadas a los dos principales partidos políticos de EE.UU. apuntaron a Venezuela como un potencial sustituto para suplir la escasez generada por las sanciones.
Venezuela produce unos 800.000 barriles de petróleo diarios, pero eso es apenas una fracción de los 3 millones que produjo al día durante años.