US Republican Presidential Candidate Donald Trump addresses supporters at the Gallogly Events Center in Colorado Springs, Colorado, on July 29, 2016. / AFP / Jason Connolly
Donald Trump cuenta con un apoyo mínimo entre los negros, los latinos y los estadounidenses de origen asiático, y su camino a la victoria requiere aumentar sus márgenes entre los nativistas blancos y los votantes de clase trabajadora que perciben la declinación del país. Es un desfiladero que depende de estados ganadores del Rust Belt (cinturón industrial), tales como Pensilvania y Wisconsin, que no han votado a un republicano para la Casa Blanca desde la década de 1980 pero tienen una cantidad desproporcionada de obreros blancos.
“La diferencia entre las convenciones de los partidos en materia de inmigración es contundente, pero eso se debe principalmente a que el debate sobre la inmigración durante 50 años se centró casi exclusivamente en los inmigrantes y no en los estadounidenses afectados, y los demócratas continúan con esa práctica”, dijo Mark Krikorian, un activista que trabaja para recortar la inmigración a Estados Unidos.
Agregó que “el fenómeno Donald Trump jamás habría existido” si los políticos hubiesen tomado más en serio los temores frente a la inmigración.
Los demócratas están decididos a utilizar las posturas anti-inmigratorias de Trump para volcar masivamente el voto latino.