Ha llamado la atención el interés de funcionarios municipales en algunas comunidades en las que no han sido (o no habían sido) registrados casos del Covid-19, el fatídico coronavirus responsable de haber puesto al mundo patas arriba, por conseguir el aislamiento por alguna vía, especialmente a través del Poder Ejecutivo.
Hasta ahora se ha hecho evidente, a través de los ayuntamientos o los alcaldes, la aspiración de que el ingreso de personas ajenas sea controlado de alguna manera; el alcalde de Jarabacoa hizo conocer esta intención a través de un documento y lo propio hizo el alcalde de El Seibo.
En Montecristi se ha llegado inclusive a cerrar vías de acceso como una manera de mantener a sus comunidades aisladas del contagio que crece a pasos de gigantes desde que el caso entró en la etapa crítica sobre la que tantas advertencias se hicieron.
Perjuicio
El caso de El Seibo es ahora más preocupante. Además de luchar porque se autorice desde el Poder Ejecutivo el control del acceso de personas ajenas, se les suma una nueva preocupación por la supuesta intención de las autoridades de establecer un centro para la atención de afectados por el Covid-19, un pueblo que no los tiene.