La renegociación del contrato de concesión de los aeropuertos construidos por el Estado dominicano obliga a varias reflexiones, pues revela datos de las condiciones de negociación del contrato anterior que llaman mucho la atención.
Ha salido a relucir que en el contrato firmado en 1999 se le concedió a una empresa seis aeropuertos construidos por el Estado dominicano con el compromiso de hacer inversiones, pero que no quedaban bien definidas.
En ese momento el país carecía de pericia para este tipo de operaciones, por lo que evidenteme hoy vemos que podía ser mejor negociado a favor del Estado dominicano.
Este contrato recuerda otros muchos acuerdos en los que la parte privada sale más beneficiada que la parte oficial.
El contrato renegociado incluye notables mejoras.
Será enviado al Congreso Nacional para su ratificación, por lo que tendremos la oportunidad de escudriñar lo pactado.
Lo pasado no tiene remedio, aunque sirve de referencia para mejorar y no cometer los errores que hoy vemos.
En esta oportunidad el Gobierno recibirá un significativo aporte económico inicial y un programa definido de inversiones para mejoras de las terminales concesionadas.
El Gobierno ha identificado las obras de infraestructura a las que destinaría los 775 millones de dólares que recibirá de inmediato por la firma del contrato renegociado, con la misma duración que el inicial.
Si el Congreso ratifica las nuevas condiciones, evidentemente mucho más favorables ahora para el interés nacional, la sociedad en su conjunto puede constituirse en veedora para garantizar que vayan al destino planificado, pero además, que el concesionario cumpla con las inversiones prometidas para la mejora de los aeropuertos concesionados.