Contrapeso
La belleza de lo simple. En todos los sentidos de la palabra. Creo que, en este mundo tan dependiente de la tecnología, y cada vez más apabullante, hay que volver a las cosas simples, esas que nos hacen desconectar y al mismo tiempo nos enriquecen sin grandes planificaciones.
Estamos tan ocupados cada día que muchas veces somos incapaces de disfrutar las cosas. En ese corre-corre diario, lo máximo que alcanzamos es llegar a casa y caer sobre la cama como si nos hubiera pasado una estampida por encima.
Y cuando tratamos de hacer cosas que nos “relajan”, acaban pasando a formar parte de ese estrés porque somos incapaces de manejarlas como algo liberador, sino como una responsabilidad más.
Sin contar que, si vives en una ciudad como Santo Domingo, llegar de un lugar a otro se hace eterno.
Entonces, ¿por qué no volver, recuperar o comenzar cosas sencillas, simples que nos regalen momentos de verdadero descanso mental? Podemos tomar unos minutos para plasmar sobre papel esas cosas. Cada uno tendrá las suyas. Al final, el resultado es lo que importa.
Dedicar un tiempo al día a agradecer todo lo bueno, pasear con tu mascota, leer un libro, escribir una carta a alguien que aprecias o hacer una simple llamada de teléfono. Cocinar algo sabroso, dibujar, montar en bicicleta, hacer unas palomitas y ver una película…
La lista es larga y parecen cosas fáciles de hacer, pero que siempre postergamos en la agenda porque estamos muy cansados o muy ocupados.
Todos necesitamos estos momentos para recargar pilas, para hacer algo que real y efectivamente nos haga sentir bien y nos dispare la energía sin grandes complicaciones. Así que tomen un poco de su tiempo para preparar ese listado y vayan introduciendo lo simple en su vida para que haga de feliz contrapeso.
Etiquetas
Artículos Relacionados