Contra la violencia, desde la cuna

La muerte violenta de dos mujeres en el sector Los Robles, de La Vega, a manos de un segundo teniente de la Policía tiene un precedente puesto ayer a la luz el por director de este cuerpo de orden en el ambiente de la reunión de seguridad ciudadana.

De acuerdo con la versión del mayor general Ramón Antonio Guzmán Peralta, en 2018 el homicida había sido sancionado en relación con una querella de violencia que no habría prosperado debido a que fue retirada por la mujer que la interpuso.

En relación con este hecho la ministra de Interior y Policía, Faride Raful, informó que el gobierno se ocupará de la condición sicológica de los policías.

¡Muy bien! Esta debe ser una medida saludable, particularmente porque el policía es un servidor generalmente involucrado con lo peor de la sociedad, muchas veces al precio de su propia integridad física o la de otros.

Pero la particular forma de la violencia homicida en la que se ha visto envuelto el segundo teniente Juan Luis Jiménez Adames tiene un origen diferente a la que puede estar afectando a la generalidad de los policías por las particularidades de sus funciones.

Esta tiene su causa en la forma de ver a la mujer, predominante en la sociedad dominicana, con una gravedad acentuada en algunos estratos sociales en los cuales las vías de hecho parecen la norma.
Un poco de atención para todos en este campo haría mucho bien a la sociedad.