Contaminación visual campaña: Un retroceso

Contaminación visual campaña: Un retroceso

Contaminación visual campaña: Un retroceso

Embadurnar paredes da un mal aspecto ciudad. Arlenis Castillo.

Santo Domingo.-El exceso de afiches y vallas con fines de propaganda política, colocadas de forma irregular en postes del tendido eléctrico, paredes, techos de inmuebles y el arbolado de áreas verdes, ha sido un retroceso para el medioambiente y la visual urbana en la recién proceso electoral.

Esta práctica malsana provoca que muchos de esos letreros se conviertan en desechos que tapan filtrantes y generen inundaciones.

Son un riesgo ante fenómenos atmosféricos por el impacto de fuertes vientos, y, al colocarse en palmas y otras plantas, contribuyen a su extinción.

En el Distrito Nacional, a partir de 2005, el entonces alcalde Roberto Salcedo inició el desmonte de todo tipo de publicidad exterior, incluida la comercial, y la ciudad se perfilaba como una metrópolis más organizada.

A casi dos décadas de la iniciativa, esta se desvaneció en la contienda electoral, según Melvin Peña, consultor en comunicación, quien analizó el fenómeno al ser abordado sobre el impacto visual y ambiental de la propaganda política.

Transición redes
Peña observa que en la batalla electoral de 2024 en el país, la propaganda ha migrado significativamente del espacio físico al digital. Esa transición redujo casi en su totalidad las caravanas y mítines políticos, lo que representó un respiro importante para el medio ambiente en comparación con elecciones.

En Santo Domingo, una ciudad ya caótica, no se han sufrido los atascos habituales causados por las concentraciones políticas ni el aumento de la contaminación sónica provocada por los ensordecedores altoparlantes de las “discolights”, dijo.

“Sin embargo, probablemente hemos retrocedido en cuanto al uso excesivo de vallas y afiches en postes de tendido eléctrico, paredes y árboles.

Este tipo de contaminación visual es intrusiva, afea los entornos urbanos y puede provocar incluso accidentes de tránsito debido a la distracción de los conductores”, precisó el consultor de comunicación, y ex editor metropolitana en el Listín Diario.

“La colocación masiva de afiches puede dañar la corteza de los árboles y ser un riesgo para la seguridad cuando se sitúan en el tendido eléctrico”.

Peña cuenta que recien recorrió ciudades, carreteras y caminos vírgenes del Cibao y la Línea Noroeste, donde le llamó la atención la abrumadora cantidad de afiches y vallas, especialmente del presidente Luis Abinader y candidatos del PR Moderno. “Era evidente el despilfarro propagandístico, apiñado y repetitivo aún en los lugares más remotos”.

 

 

Recursos e impacto

— No biodegradables
Peña igual deplora el alto costo de limpiar esa propaganda tras las elecciones, recursos que podrían ser utilizados en otros servicios. Esa publicidad no utiliza materiales biodegradables, prolongando su impacto ambiental.