Washington.– El mundo científico se levantó este sábado consternado tras conocer la muerte del físico estadounidense Murray Gell-Mann, premio Nobel de Física 1969 e inventor teórico de los quarks, las partículas más elementales de la materia.
Numerosos colegas y miembros del mundo académico expresaron hoy su pésame en Twitter por el fallecimiento este viernes de Gell-Mann a los 89 años en su casa de Santa Fe (Nuevo México, EE.UU.).
El Instituto de Santa Fe, dedicado a la investigación, anunció ayer en esa red social su fallecimiento- “La muerte del Premio Nobel y el gigante de la complejidad Murray Gell-Mann, uno de los mayores físicos del siglo XX- pionero, cofundador de SFI (siglas en inglés del Instituto de Santa Fe) y profeta del quark”, dijo la institución.
Con su trabajo sobre los quarks, este científico nacido en Nueva York consiguió en 1969 el premio Nobel de Física, un logro que supuso un triunfo de la imaginación y la intuición humana, pues la existencia experimental de esas partículas no pudo ser comprobada hasta años después.
En un comunicado, el Instituto de Santa Fe subrayó que, pese a ser conocido por su contribución a la física de partículas, lo que le valió el Nobel, Gell-Mann siempre quiso comprender “la cadena de relaciones” que conectan las leyes universales de la física con sistemas complejos como la economía y la cultura humana.
Esto lo describió él mismo en su obra de 1994 “The Quark and the Jaguar” como dos aspectos de la naturaleza- “Por un lado, las leyes subyacentes de la física de la materia y el universo; y por otro, el rico tejido del mundo que percibimos directamente y del que somos parte».
En esa obra Gell-Mann abordaba desde lo más simple y pequeño de la materia hasta el mecanismo vital de los mamíferos. En alguna ocasión este profesor estadounidense habló de su afán multidisciplinar y explicó que su interés por la física fue inducido por su padre, que le inculcó desde pequeño predilección por la biología, la sociología y la lingüística.