El orgasmo femenino es un proceso fisiológico complicado, ya que están implicados muchos órganos y sistemas y miles de terminaciones nerviosas. Durante el orgasmo se crea un estado alterado de conciencia, pues es una explosiva descarga de tensión neuromuscular y mental acumulada en las etapas de excitación y meseta de la curva de respuesta sexual humana, caracterizado por sentir un placer intenso, en ocasiones tan grande que la persona puede perder por unos segundos la conciencia (petit mort o pequeña muerte).
En el momento de la gratificación orgásmica se producen contracciones involuntarias y rítmicas en las zonas perineales y otras regiones del cuerpo y una sensación de abandono.
Es muy importante para la mujer recibir estimulación psíquica, sensorial y genital y conocer ambos que necesita mucho más estímulo y tiempo de estímulo que el hombre para poder lograr su orgasmo.
La excitación erótica hace que la vagina se expanda y se haga más espaciosa, se produce una gran congestión sanguínea, a través de la vasodilatación se lubrican las paredes vaginales y llega a los labios mayores y menores de la vulva; esto todo, para acoger al pene y facilitar el desempeño sexual.
Si es cierto que el orgasmo es muy gratificante, no es ideal perseguirlo, ya que la ansiedad de conseguirlo, bloquea el disfrute de la actividad sexual. Muchas mujeres disfrutan mucho de la intimidad y sexual y no siempre consiguen orgasmos a través de la penetración y si con otras vías de gratificación.
Si ya existe una disfunción, buscar ayuda.