El proceso electoral ha entrado al calor de los candidatos para las alcaldías en todo el país. Algunos legisladores buscan puestos en los ayuntamientos, pero hay otros que apoyan a sus compañeros en el proceso que concluirá el 16 de febrero.
Es decir, a medida que concuran los días se verá un menor dinamismo en las actividades del Congreso Nacional, situación que se agravará para los comicios presidenciales y congresionales de mayo.
Se verá como normal que la mayoría de los diputados y senadores dejen de cumplir con sus labores conferidas por las leyes para buscar algunos de ellos repetir en sus curules y otros tratan de llegar a ser diputados. Pero también hay otros congresistas que buscarán capital político al lado de los candidatos presidenciales de sus respectivos partidos.
Trasiego de dirigentes
En la Ley de Partidos se sanciona el transfuguismo, que fue una de las demandas que mayor fragor generó en la discusión en el Congreso Nacional para la aprobación de esa legislación, que prácticamente ha sido mutilada por tener aspectos inconstitucionales.
Ocurre que en los últimos días se observa con alta profusión que miembros de los partidos más importantes han optado por abandonar las filas de sus organizaciones originales para inscribirse en las parcelas contrarias, aunque muchos de ellos no puedan presentarse a ninguna candidatura para las alcaldías, ya que fue vencido el plazo dado por la Junta Central Electoral.
Sin embargo, el morbo que genera ese trasiego de un partido a otro llama la atención.
