Se tiene como una verdad indiscutible que las cifras no mienten, pero no se lleve de esa afirmación porque podría terminar muy confundido.
Aunque en realidad no mientan, las pueden poner a confundir o, al menos, a decir verdades manipuladas.
Por ejemplo, un exministro de Economía y el actual ministro de Agricultura se han enfrascado en una discusión sobre la producción agropecuaria de la República Dominicana.
Ambos utilizan las mismas cifras para llegar a conclusiones distintas y eso se debe a que cada quien las manipula para sustentar su discurso político.
Esas discusiones, con el uso de esos métodos, son infructuosas e inservibles, pues no conducirán a la solución de ningún problema.
No se puede afirmar que ninguno de los dos expositores miente, pero sí que olvidan el contexto y utilizan variables manipuladas y, en consecuencia, sus conclusiones no tienen más utilidad que la de la diatriba.
Por ejemplo, uno usa como año base para sus comparaciones el 2019, previo a la pandemia y que el aparato productivo nacional estaba en un ambiente de alta favorabilidad en el contexto nacional e internacional.
En cambio, el otro usa como referencia para sus comparaciones el 2020, año en el que se inició la nueva gestión, pero que el país y el mundo estaban en el punto de ebullición de la pandemia por el Covid-19.
El primero compara el 2021 con el 2019. No hay que ser demasiado inteligente para saber que se trata de un año de plenitud frente a un año de recuperación.
Pero el otro compara el 2021 con 2020. Tampoco hay que ser muy inteligente para saber que se trata de un año de recuperación frente a un año de crisis pandémica.
¿Cuál es la realidad no manipulada? Antes de la pandemia por el Covid-19, la economía de República Dominicana era una de las más robustas del hemisferio y que en los tiempos de la postpandemia, la economía dominicana ha sido la de más dinámica recuperación.
La discusión racional es cómo sostener la recuperación económica, qué hacer para recuperar los niveles previos a la pandemia, cómo afrontar los efectos de la inflación global provocada por los altos precios de los combustibles y de las materias primas y qué hacer para garantizar el suministro de comestibles (en este momento la disponibilidad es más importante que los precios).