SANTO DOMINGO.-La conectividad es la capacidad de relacionarse para interactuar, pertenecer e identificarse. Esta es usualmente asociada únicamente con la tecnología; sin embargo, el punto de partida son las personas. Desde siempre, el individuo ha buscado establecer vínculos con los demás y con el espacio en el que se encuentra, formando así comunidades.
Estas mismas personas dinamizan y propician el desarrollo de las sociedades a las que pertenecen y conforman las pequeñas, medianas y grandes empresas.
Esa búsqueda de poder entenderse con el entorno y crear relaciones con otras personas, ha propiciado la creación y transformación de herramientas que nos permiten satisfacer estas necesidades. Aquí entra la tecnología como habilitadora.
Las facilidades que pone a nuestra disposición nos han permitido expandir nuestras áreas de conocimiento y desarrollar nuestra capacidad de autonomía. No obstante, también ha generado cambios en el comportamiento de las personas.
Loranni Constanzo, líder de la capacidad conectividad de Seguros SURA, conforme a las señales analizadas desde el observatorio de Suramericana, explica la importancia de primero reconocer y comprender el lugar que tiene el lenguaje, la relación, certezas y realidades de los seres humanos, para entender las transformaciones en la forma como se satisface la necesidad de conexión con otros y las tendencias asociadas a la capacidad de conectividad:
– Identidad amplificada: la persona busca tener un lugar en la sociedad, sin barreras físicas ni discriminatorias. Sin embargo, se da una dilución de la realidad, la foto más adecuada y la reputación se mide por medio de comentarios y likes.
– Relación intermediada: hoy en día las interacciones humanas directas parecen ser más escasas, y cuando se dan estas interacciones se ven condicionadas frecuentemente por un dispositivo.
– Influencia artificial: es imprescindible transformar el dato en información, porque es la materia prima para generar realidades alternas, necesidades de consumo y toma de decisiones.
– Desconectarse para conectarse: la aceleración en el consumo y demanda de pertenencia en el espacio digital, ocasiona efectos en la vida cotidiana, esta velocidad puede producir una sensación de infoxicación.
– Proteccionismo en la era digital: existe una vigilancia y control de la sociedad, en la cual se confunde, lo que es privado o público y quien es el responsable de gobernar los datos.
Resiliencia ante riesgos
La experta asegura que esto nos invita a crear resiliencia ante los riesgos de la pérdida de su privacidad, extorsión, suplantación de identidad, divulgación de información y vulneración de su reputación.
Por otro lado, dijo que, las empresas se han hecho más competitivas, optimizando procesos y generando mayor productividad, tomando acción para proteger los activos digitales que hacen posible su funcionamiento, haciendo alianzas con proveedores expertos, reforzando sus medidas de seguridad y formando a sus equipos de cara a los riesgos cibernéticos y cómo mitigarlos.