El presunto líder de la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13) en la costa este de Estados Unidos, Miguel Ángel Corea Díaz, ha sido condenado por la justicia del país a cadena perpetua por contribuir al crimen organizado, según informaron este sábado medios locales.
El salvadoreño de 41 años, apodado “Reaper” (destripador), fue condenado este viernes a la máxima pena que afrontaba después de que un jurado lo declarara culpable de varios delitos vinculados a asesinatos y narcotráfico el pasado noviembre, divulgó el Departamento de Justicia en una nota.
Corea, residente en Long Branch (Nueva Jersey), fue arrestado en 2017 como resultado de una amplia investigación sobre tráfico y distribución de drogas ilegales en Long Island (Nueva York) que concluyó que el sujeto dirigía un “reino del terror” mucho más allá de ese estado.
El condenado “reportaba directamente” a los líderes de la MS-13 en El Salvador y era el responsable de implementar “su programa de violencia e intimidación en la costa este” de EE.UU., detalló Anne T. Donnelly, la fiscal del condado de Nassau, donde se ubica Long Island.
“Trabajando con más de 20 agencias, hemos interrumpido las operaciones de la MS-13 en la costa este”, agregó Donnelly, que destaca la labor de la Fiscalía de Maryland y el FBI.
El fiscal general de EE.UU. en Maryland, Erek L. Barron, por su parte, consideró que la “brutalidad” de Corea es “casi inconmensurable».
Corea fue acusado durante el juicio de controlar y operar, junto a otro individuo en manos de la justicia, Junior Noe Alvarado Requeno, una facción llamada “Sailors Clique” de la MS-13 entre 2015 y 2018 e incurrir en delitos de asesinato, extorsión, narcotráfico, blanqueo de dinero y manipulación de testigos.
La facción tenía su cuartel general en Langley Park (Maryland) y extorsionaba a negocios regentados por inmigrantes en la zona cobrándoles una “renta por el privilegio de operar en territorio de la MS-13”, además de traficar marihuana y cocaína, de acuerdo con los fiscales.
La mayor parte de la recaudación se la enviaban a los líderes de la pandilla en El Salvador para contribuir al progreso de sus objetivos a través de transacciones e intermediarios que evitaban el escrutinio de las autoridades.
Entre otras cosas, los fiscales acusaron a Corea y a Alvarado de ordenar a un grupo de pandilleros que asesinaran por una disputa sobre marihuana a un estudiante de instituto de la cercana localidad de Lynchburg (Virginia), a quien secuestraron delante de su casa y cortaron una mano antes de matarlo.
Alvarado, apodado “Insolente” y “Tranquilo”, de 24 años y residente en Landover (Maryland) también se enfrenta a cadena perpetua y recibirá su sentencia a finales de este mes.