Los sistemas de refrigeración son ideales para combatir las altas temperaturas, pero su uso intensivo puede generar problemas de salud.
Utilizarlo a temperaturas muy bajas puede ser perjudicial para personas alérgicas. Además, es fundamental limpiarlo con frecuencia para evitar la acumulación de gérmenes y bacterias
El uso del aire acondicionado responde a una necesidad y no tanto al confort. Esta idea ya ha sido desestimada, sobre todo en los últimos años. Por lo tanto, ante el aumento de temperatura de estos días y de cara al verano, para muchas personas es necesario encender estos aparatos.
No obstante, debemos pensar previamente en su limpieza, que es muy necesaria para su correcto funcionamiento y, por decantación, para evitar efectos negativos en la salud.
En ese sentido, resulta trascendente la limpieza de los aparatos de aire acondicionado, no solo para su buen funcionamiento sino también, y sobre todo para su mantenimiento, que puede incidir directamente en el organismo humano.
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Los aparatos de aire acondicionado enfrían el aire, le quitan humedad y tienden a acumular polvo u otro tipo de sustancias orgánicas en los filtros
Por lo tanto, se sugiere que estos dispositivos sean revisados y supervisados de forma periódica, por personal especializado y matriculado. Es que, en caso de que el mantenimiento no sea el adecuado, puede proliferar la acumulación de gérmenes, virus, bacterias, mohos, polvo y pólenes. Estas sustancias se depositan durante el año en las diferentes tubuladuras, canaletas y conductos, tapándolos o liberando un aire viciado, es decir, contaminado y nocivo.
Entendamos que el equipo de aire acondicionado toma el aire que hay en el ambiente y lo distribuye con cambios en la temperatura. En otras palabras: no renueva el aire, solo lo enfría. De aquí la importancia de su limpieza.
Bajo estos preceptos, su uso inadecuado crea un ambiente con disconfort térmico, que desequilibra las condiciones termohigrométricas (de temperatura y humedad) de nuestro organismo alterando la salud.
Recordemos que la temperatura normal de nuestro cuerpo es de 36,5 °C. por lo que usar el aire acondicionado a cifras más bajas puede afectar a nuestro organismo.
Como bien dice su nombre, el aire acondicionado debe acondicionar el ambiente, y la temperatura ideal es de entre 22°C y 24 °C. A su vez, la humedad recomendada oscila entre 35% y 60%. Otro dato importante: cada grado que se baje en la temperatura de este aparato implica entre un 5% y un 8% más de consumo de electricidad.
Recordemos que el mal uso de los aparatos de aire acondicionado produce un efecto negativo en la salud de personas vulnerables o sensibles, en especial aquellas que padecen, por ejemplo, alergias, asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o neumonía por Legionella. El nombre de esta bacteria deriva del grupo de veteranos “Legión Americana” ya que esta bacteria fue descubierta, precisamente, en el circuito de aparatos de aire acondicionado en un hotel durante una convención de ex soldados.
Los riesgos del aire frío para la salud
En primer lugar, debemos desterrar la idea de que los aires acondicionados causan alergia, ya que no existe esa posibilidad directa.
Sí podemos afirmar que los cambios bruscos de temperatura pueden repercutir en el organismo, sobre todo en pacientes alérgicos. La temperatura ambiente por debajo de lo aconsejado y la falta de limpieza de los aparatos puede causar molestias en la salud. Entonces, se recomienda programar el dispositivo en modo ventilación cada 2 ó 3 horas durante la noche.
Hay sitios como los centros comerciales, bancos, hoteles, medios de transporte, oficinas y salas de cine en los que, al ingresar, se percibe bruscamente el cambio de temperatura. Esto sucede porque son refrigeraciones centrales. Al permanecer varias horas en esos lugares, pueden aparecer los síntomas típicos del enfriamiento.
El aire acondicionado de los vehículos también debe limpiarse, preferentemente, por personal autorizado. Se sugiere encenderlo luego de bajar las ventanillas, ponerlo en modo ventilación y luego pasarlo a aire frío. En este caso, el efecto en la salud es idéntico al que describimos antes para los aparatos de uso domiciliario y comercial.
*Dra. Stella Maris Cuevas: MN: 81701. Médica otorrinolaringóloga – Experta en olfato – Alergista. Expresidenta de la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires (AOCBA).
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