Santo Domingo.-Muchos no saben si desayunarán o cenarán, pero de lo que sí están seguros es que comerán si consiguen diez pesos para pagar el plato de comida que sirven diariamente en los Comedores Económicos.
Ejemplo de esto es Carmen de la Rosa, quien llegó a las 11:40 a la entidad social. Camina hacia la caseta donde espera su turno para pagar el ‘ticket’ con el cual irá a retirar los alimentos, mientras relata que tiene una “pila de muchachos”.
Mientras espera su turno, narra que de su primera pareja tiene cuatro hijos y añade que ha dado “tres pasos en su vida”, es decir, ha tenido tres parejas.
Se detiene un momento y precisa: “A veces uno ve a los hombre y dice: ¡diablo y es que son todos cortados por la misma tijera!”, pero no sigue dando más detalles, pues le llegó su turno.
Luego de pagar RD$80, que equivalen a ocho platos de comida, narra que le sale más económico ir a comprarla para sus ocho hijos a los Comedores Económicos en Los Mina, desde Guachupita, sector donde reside.
“Si yo hallo los cien pesos, vengo con mi cantina y de aquí jarto a mis hijos a diario”, afirma sin titubear. Pero al preguntarle sobre la cena, agrega: “Ahí se pone muy difícil”, pues ella no trabaja y el dinerito que consigue lo hace lavando y limpiando.
Batalla contra la pobreza
De la Rosa, al igual que Flor María Vargas o Jenifer Pujol, solo tienen en común que son abrazadas por la pobreza, que les roba hasta el derecho de lo más básico, el alimento.
Pero ellas no le temen a esa condición, ya que luchan día a día para salir de ella.
Vargas es otro ejemplo, pues reside en el sector de la vieja Barquita, donde espera ser reubicada. Mientras eso sucede vende ropa usada detrás de la parroquia San Vicente de Paúl, con lo cual se gana algunos pesos para conseguir, por lo menos, el almuerzo para sus dos hijos, que tienen 6 y 4 años de edad.
Tras realizar el mismo proceso que De la Rosa, Vargas saca dos vasijas plásticas de un bolso de tela, en donde le servirán el locrio de arenque, con habichuela y vegetales hervidos, que es el menú de ese día.
Detrás de cada persona que entra a los Comedores Económicos del Estado hay una historia para contar, pero su principal protagonista es la pobreza.
Ellas y sus hijos forman parte de las más de 120 mil personas que se sostienen diariamente con los alimentos que se sirven en todo el territorio nacional.
El administrador de esa entidad estatal, Nicolás Calderón, cuenta que la gente compra un plato por 10 pesos, pero el costo de producción ronda entre los 69 y 74 pesos, para un subsidio de más de 90 por ciento.
“El Gobierno carga con un alto subsidio y todo lo que servimos es de excelente calidad, con productos de primera línea”, afirma.
Mejoras
Dijo que, de acuerdo a un sondeo, más de un 67 por ciento de las personas que asisten a los Comedores son desempleados o viven del empleo informal.
Destaca que la mejora en la calidad de lo que entregan a los usuarios a través de su variado menú es lo que ha permitido que cada día tengan mayor demanda en la población.
“Los comensales son los principales promotores y eso provoca que gente que antes se sentía un poco apática o temerosa de requerir los servicios de los comedores hoy lo requieren”, indica.
Sostiene que existen lugares donde la gente mal pasa y no tiene garantizado lo que es la adquisición de sus alimentos, como son los bateyes y zonas fronterizas, por citar solo algunos.
A bajo costo
Resalta que a través del comedor ven una ventana abierta, de que el Gobierno pueda brindar los alimentos con los nutrientes necesarios a un bajo costo y en ocasiones de manera gratuita.
Calderón explica que la inversión mensual estimada en asistencia alimentaria a familias de escasos recursos económicos es de RD$132,678,794.74.
Detalla que en lo que va del presente semestre han distribuidos 14 millones 946 mil 809 raciones de alimentos en todo el país, intensificando los programas de asistencia de los Comedores.
Manifestó que los niveles de pobreza de una zona son el principal criterio para la instalación de un comedor.
Informó que la institución ha invertido 1,260 millones, 448 mil 550 pesos con 74 centavos en la distribución de 35 millones 703 mil 951 raciones de alimentos crudos y cocidos.
Recordó que en el período septiembre–diciembre de 2016, fueron distribuidos 20 millones 757 mil 142 servicios de raciones cocidas a personas afectadas por las lluvias.
37 comedores fijos están apostados en las distintas provincias del país, entre ellas están: Montecristi, Pedernales, La Vega y La Romana.
40 cocinas móviles son usadas como alternativa rodante para brindar el servicio.