Nuestro hígado y nuestra vesícula trabajan para mantenernos saludables y eliminar todos los desechos de la sangre. Sin embargo, muchos de los hábitos que tenemos hoy en día hacen que estos órganos se sobrecarguen y empiecen a acumular toxinas, lo cual provoca otros problemas de salud que pueden desmejorar significativamente nuestra calidad de vida.
La limpieza del hígado y la vesícula biliar es un proceso de depuración hepática profunda que consiste en la eliminación de toxinas del hígado, secreciones de la bilis que no han sido liberadas, arenillas o cálculos biliares. Esta limpieza es muy fácil de realizar y lo único que necesitas es tener voluntad para adoptarla como un hábito saludable de tu vida diaria.
¿Cómo limpiar el hígado y la vesícula biliar?
Para empezar, debes consumir en ayunas una cucharada de aceite de oliva virgen extra mezclada con una cucharadita de zumo de limón. La combinación de estas dos sustancias estimula la vesícula biliar ayudando a eliminar todos los desechos allí acumulados.
Este tratamiento se debe realizar todos los días en ayunas durante un mes completo sin descanso. Lo ideal es esperar como mínimo 15 minutos para desayunar, aunque preferiblemente se debe hacer 40 o 60 minutos después.
Al realizar este tratamiento para limpiar el hígado y la vesícula biliar es muy importante tener en cuenta que se pueden experimentar síntomas propios de la desintoxicación como, por ejemplo, diarrea o heces abundantes, gases, cansancio, falta de apetito, nauseas, cefaleas, mucosidades, mal olor corporal, orina muy oscura y olorosa, o erupciones en la piel, entre otros.
Estos síntomas son normales en este proceso, pues recordemos que esto implica la eliminación de toxinas y otros desechos que se han acumulado en nuestro hígado, como consecuencia de una mala alimentación, medicamentos, golosinas, comida rápida, grasas, alcohol, o tabaco, entre otros. Sin embargo, estos síntomas suelen aparecer solo en la primera semana de depuración y no todas las personas los experimentan.
Para contrarrestar estos síntomas en caso de llegar a padecerlos, se recomienda consumir de 2 a 4 vasos de agua con limón al día. Lo ideal es que el agua esté tibia, ya que esto apoyará al organismo en el proceso de eliminación de toxinas de todo nuestro cuerpo. Para preparar la limonada debes utilizar agua de alta calidad, el jugo de 2 limones y opcionalmente lo puedes endulzar con un poco de miel.
Otros consejos para limpiar el hígado y la vesícula biliar
Para el proceso de limpieza del hígado y la vesícula biliar es muy importante apoyar el tratamiento con una buena alimentación que incluya un alto contenido de frutas y verduras. También se debe evitar el consumo de alimentos que contengan grasa, chocolate, lácteos, café, alcohol, manteca y carnes rojas, ya que estos impiden la correcta limpieza del hígado.
Otra opción que puedes tener en cuenta para apoyar esta depuración y limpieza del hígado y la vesícula biliar es tomar infusiones de boldo, diente de león o ajenjo.
El jugo de manzana puro es otra excelente opción la limpiar el hígado y la vesícula biliar. Si eliges hacer este tipo de limpieza, ten en cuenta que debes consumir un litro de jugo de manzana en ayunas durante 2 días. Si deseas desayunar después de la ingesta del jugo, debes esperar por lo menos 3 horas y elegir preferiblemente alimentos como la manzana, uvas, papaya o una sopa de verduras cocidas.
Poderoso batido para limpiar el hígado y la vesícula biliar
Esta poderosa bebida combina las propiedades de la manzana y el diente de león para hacer una limpieza profunda del hígado y la vesícula biliar. El diente de león ayuda al hígado a producir enzimas y a la vesícula biliar a producir bilis. Es un batido depurativo y delicioso que puede tomarse en ayunas o a cualquier hora del día. Otros beneficios:
- Protege y limpia el hígado.
- Es diurético y ayuda a combatir la retención de líquidos.
- Ayuda a reducir la inflamación abdominal y combate la hinchazón menstrual.
- Es bueno para la salud de la piel.
Ingredientes
- 1 manojo de hojas frescas de diente de león.
- 4 manzanas.
- 2 dientes de ajo pequeños.
- 1 pieza de jengibre fresco.
- 1 rodaja pequeña de cebolla.
¿Cómo prepararlo?
Prepara todos los ingredientes, pásalos por la licuadora y ¡a disfrutar!