Santo Domingo.-Al igual que la Ley física que establece que “toda causa tiene su efecto y todo efecto tiene su causa, es decir que todas las cosas tienen su razón de ser”, no es fortuito que cuando llueve algunas personas se sienten afligidas y cuando el clima esta cálido otras se sienten alegres.
Estas variables se deben a que el clima afecta el equilibrio emocional ya que éste depende de factores internos y externos por lo que resulta difícil manejar por completo el estado de ánimo que no es más que una actitud o disposición emocional en un momento determinado.
“Es un hecho comprobado científicamente: la climatología afecta directamente nuestro organismo y, por tanto, a nuestro estado de ánimo”, expresa Mircia Pacheco, psiquiatra y terapeuta familiar.
Pacheco indica que “en lugares donde suele estar nublado o con poca presencia del sol, la gente es más reservada, menos sociable que en aquellos sitios en los que abunda la luz del sol donde ocurre lo contrario”.
Por naturaleza el ser humano está preparado para buscar un confort climático y cuando se producen cambios, sobre todo si son bruscos, provocan una desestabilización del organismo.
Brígida Díaz, residente en Los Minas, dijo “a mí no me gustan los días lluviosos, además de que todo se complica en la calle uno se siente como mismo está el día, porque me pone a pensar, entonces ahí me llegan a la cabeza las deudas, los hijos, que si el marido o la casa”.
El Instituto Nacional de la Salud Mentalofrece una explicación científica a los cambios del ánimo, debido a que algunas personas experimentan cambios de humor graves durante el invierno, cuando hay menos luz solar, a esta condición se le llama Trastorno Afectivo Estacional (TAE), el cual es un tipo de depresión que suele mejorar en primavera y verano.
Incluso algunas personas que creen que se sienten tristes por la temporada de fiestas de fin de año podrían en realidad sufrir de TAE, así lo comunicó el doctor Jason Hershberger, presidente de psiquiatría del hospitaly Centro Médico de Brookdale a la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (Medline Plus).
Asimismo, precisa que el TAE puede afectar a adultos, adolescentes y niños. Se calcula que aproximadamente 6 de cada 100 personas (6%) tienen este trastorno y que su prevalencia varía de una región a otra. Cabe resaltar que el clima puede afectar en el estado de ánimo de las personas dependiendo del agrado del sujeto hacia las condiciones climáticas.
El clima también afecta el organismo
Desde el pasado lunes hasta el viernes 11 de este mes la comunidad internacional se reúne en París,donde se lleva a cabo la Conferencia sobre el Cambio Climático (COP 21) con la finalidad de alcanzar un nuevo acuerdo sobre el cambio climático a nivel mundial.
El resultado de dicho acuerdo acelerará las oportunidades para la acción del cambio climático en países desarrollados y será un pilar importante en la era del desarrollo sostenible post-2015.
Según datos de laOrganización Mundial de la Salud (OMS), el cambio climático y el calentamiento mundial puede tener algunos efectos beneficiosos, como una menor mortalidad en invierno en las regiones templadas y un aumento de la producción de alimentos en determinadas zonas, los efectos globales para la salud del cambio climático serán probablemente muy negativos.
La OMS prevé que entre 2030 y 2050 el cambio climático causará unas 250.000 defunciones adicionales cada año, debido a la malnutrición, el paludismo, la diarrea y el estrés calórico.
La psiquiatra Pacheco destaca que “la influencia del clima en los estados de ánimo tiene repercusiones sobre la salud, ya que provoca una serie de alteraciones en el organismo. Cuanto mayor es el cambio climático, mayores son las consecuencias sobre el humor, sistema nervioso y sistema cardiovascular”.
Asimismo, “el clima afecta los estados emocionales de las personas de la misma maneracomo la influencia del clima se observa sobre el resto de la salud humana, en épocas de frio aumentan las enfermedades respiratorias como la neumonía y el asma, en época de calor aumentan los infartos, enfermedadescardíacas y los derrames cerebrales”.
La doctora señala que “el clima no solo influye en el estado emocional o en la salud, también nuestra percepción del mundo varía de acuerdo a las condiciones climáticas, debido a que veremos todo mejor con buen tiempo y todo peor con mal tiempo. En consecuencia de todo esto podemos ver que no es errado el caracterizar a una población como gris, alegre o seria, ya que el clima tiene influencia sobre el carácter individual y colectivo”.
Está demostrado que en los países o zonas demasiado lluviosas el número de depresiones aumenta considerablemente en relación a otros en los que predomina el sol.
De acuerdo a un informe del British Journal of Psychology, “tanto la exposición al sol, como las temperaturas cálidas confortables, favorecen los pensamientos positivos y disminuyen la ansiedad. En cambio, el exceso de humedad ambiente provoca fatiga y dificulta la concentración”.
Personas “meteosensibles”
La página web http://salud.doctissimo.es/ estima que un 60% de la población es meteosensibles, es decir que muestran más sensibilidad a los cambios atmosféricos, horas antes de una fuerte lluvia o cuando hay viento fuerte, la atmósfera está cargada de iones positivos, por lo que estamos más irritables y nerviosos, con los miembros agarrotados, falta de concentración, dolor de cabeza, ronquera y congestión nasal, además de que aumenta nuestra presión arterial.
Una vez que la tormenta descarga, vuelven los iones “buenos” (los negativos) y nuestro organismo segrega la cantidad idónea de serotonina, la hormona del bienestar. También se ha comprobado que, tras la lluvia, nuestras heridas cicatrizan mejor.
Las condiciones climáticas extremas pueden producir dificultad para concentrarse y memorizar e incluso más accidentes de tráficos y peleas, tanto callejeras como laborales y familiares.
“Las condiciones climáticas optimas: si la temperatura se encuentra entre 20º y 25º; la humedad relativa del ambiente entre un 40% y un 70%; la velocidad del aire no es inferior a 0,15 m/s ni superior a 0,25 m/s; y la presión atmosférica está en torno a 1013,2 milibares y con ionización negativa… nos sentimos “en la gloria”, explica la referida página web.
Recomendaciones
La psiquiatra Mircia Pacheco indica que “una manera inteligente de neutralizar estas alteraciones es procurar el confort ambiental, tanto en el hogar como en el trabajo, cuando lo perdemos procuramos reestablecerlo con el aire acondicionado o la calefacción”.
“Erróneamente, en nuestro país algunos lugares de trabajo ponen el aire acondicionado muy frio como neveras, al punto que los empleados tienen que utilizar capas de abrigos, esto les enlentece la psicomotricidad, la temperatura optima debe ser confort, donde no se sienta frio ni calor, esto es entre 20 y 25 grados centígrados. Las personas deben procurar vestir ropas adecuadas al clima”, explica.
Finalmente exhorta a las personas que en caso de que presenten sensibilidad como depresión estacional deben ser tratadas por profesionales de la salud mental.