Los accidentes cerebro vasculares (ACV) constituyen la quinta causa de muerte en los Estados Unidos de América. Aproximadamente 800,000 estadounidenses sufren cada año a causa de un ACV, de los cuales 130,000 morirán cada año de acuerdo al Centro de Control de Enfermedades de EE. UU.
Esto equivale a decir que cada 4 minutos fallece un norteamericano por un ACV.
De acuerdo a Luis Eduardo Suazo, neurocirujano endovascular del Centro de Diagnóstico Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat), el costo de esta enfermedad en el gran país del norte es de unos 34 billones de dólares por año, lo cual supone una inversión sumamente importante en salud.
Así mismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que los ACV fueron la segunda causa de muerte en el planeta, según reportes arrojados durante el período comprendido de 2002 a 2012.
Entonces nos encontramos a la siguiente interrogante: ¿Por qué en los EE. UU. es la cuarta causa y en el resto del mundo es la segunda?
Las razones son esencialmente dos: educación a la población y atención temprana-efectiva.
Antes de proseguir, debemos recordar que los accidentes cerebro vasculares se dividen en: isquémicos (se obstruye una arteria) o hemorrágicos (causados por la ruptura o una vena en el cerebro). En esta oportunidad nos centraremos en los isquémicos, los cuales constituyen el 87 % de los casos.
Cómo identificarlo
Una forma práctica y efectiva de identificar que estamos frente a la ocurrencia de un accidente cerebro vascular es recordar la palabra FAST. F (de facial), A de arm (brazo), S de speech (lenguaje) y T de tiempo.
Ante sensaciones de adormecimiento en un lado de la cara, pérdida de fuerza o calambres en un brazo, dificultad para hablar o comprender las palabras, hay que acudir de inmediato al centro de salud más cercano y adecuado.
El especialista dijo “recalcamos esto fuertemente, porque en estos momentos el tiempo es cerebro, y por cada hora que transcurra del evento se pierden unos 12 billones de neuronas, unos 740 km de fibras mielinizadas, por lo que todo el accionar debe dirigirse a identificar el vaso ocluido y permeabilizarlo lo antes posible”.
Desde que el paciente llega a la emergencia del hospital, deben realizarsele los estudios de imágenes y laboratorio con estos fines, para una toma inmediata de acciones y decisiones. Importante recalcar que existe un período de ventana entre 4.5 horas y 6 horas para los procedimientos destinados a obtener la apertura del vaso ocluido.
En los Centros de Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat) nuestro protocolo de trabajo consiste en realizar una tomografía axial computarizada para identificar si el accidente cerebro vascular es isquémico o hemorrágico.
De tratarse de un evento isquémico se realiza una angiotomografía, la cual permite identificar inmediatamente la arteria obstruida.