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Cómo fortalecer los músculos de tus pies puede mejorar cómo mueves todo tu cuerpo, 3 ejercicios fáciles para lograrlo

pies
A pesar de la importancia de nuestros pies, muchos simplemente nos olvidamos de que existen.

Tus pies son obras fascinantes de ingeniería biomecánica.

Dentro de una estructura triangular sorprendentemente resistente la figura geométrica más estable conviven 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 músculos, ligamentos y tendones que trabajan juntos para mantenerte de pie, amortiguarte los pasos e impulsarte hacia adelante.

"Es una estructura pequeña pero muy compleja: muchas piezas funcionan al unísono para que podamos absorber impactos y transmitir fuerzas a toda la cadena del cuerpo", le dice a BBC Mundo la podóloga deportóloga Josefina Toscano.

Y a pesar de lo importantes que son, la mayor parte del tiempo ni se nos pasan por la cabeza. La buena noticia: con algunos cambios de hábitos y unos ejercicios sencillos, tus pies pueden ganar fuerza y control rápidamente.

A continuación, qué hacen, cómo se conectan con el resto del cuerpo, qué pasa dentro de ellos, qué papel juega el calzado y tres ejercicios prácticos para que puedas empezar a fortalecerlos hoy.

Le invitamos a leer también: Osteoartritis afecta la movilidad de más de 500 millones de personas en el mundo

Los pies

Un pie sano es un pie rígido y flexible a la vez.

"Es un triángulo que debe ser rígido para propulsar en la marcha y, a la vez, que debe ser capaz de flexibilizarse para amortiguar", explicó Toscano.

Este movimiento se produce cada vez que damos un paso: cuando elevamos los dedos de los pies -especialmente el gordo- se eleva el arco del pie en lo que se conoce como el mecanismo windlass-, creando tensión y generando eficiencia para despegarse del piso. Cuando caen, el arco cede lo suficiente como para amortiguar el impacto.

En esa arquitectura, la fascia plantar actúa como una fuerte cuerda que une los vértices del triángulo (dedo gordo–dedo meñique–talón).

"Esa fascia determina que el pie sea elástico, que absorba impactos y que podamos mantener el equilibrio", aseguró García.

Cuando la fascia pierde tono o el arco se hunde, el sistema empieza a repartir mal las cargas y el resto de articulaciones tienen que entrar a compensar.

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