De repente y sin ninguna razón aparente, se te tensa y se te contrae un músculo de la pierna. El dolor que sientes es insoportable.
Estás siendo sufriendo un calambre.
Y si te ha despertado en mitad de la noche, puede resultarte particularmente alarmante.
¿Hay algo que puedas hacer para librarte de él? O aún mejor, ¿para evitar que ocurra?
Tres consejos
Aunque muchas personas los padecen, los médicos no están seguros de qué produce los calambres nocturnos.
Se trata de uno de esos misterios que han intrigado a los científicos por años.
Con frecuencia se los atribuye a efectos colaterales de algunas medicinas o de que el cuerpo haya hecho más esfuerzo de lo normal, como cuando te ejercitas o en el embarazo.
Se estima que
1/3 de las personas mayores de 60 años sufren de calambres, de unos pocos segundos a 10 minutos es lo que puede llegar a durar esta contracción involuntaria, repentina y severa de los músculos.
Algunos medicamentos pueden reducirlos, pero en algunos casos no son efectivos y están asociados con algunos efectos secundarios serios.
Como alternativa, «Confía en mí, soy doctor» ofrece las siguientes recomendaciones.
Haz estiramientos
Algunas investigaciones muestran que vale la pena considerar el estiramiento muscular como una terapia alternativa para ayudar a reducir la frecuencia y severidad de los calambres nocturnos.
Intenta algunos de estos ejercicios poco antes de acostarte. Puede pasar un tiempo antes de que notes alguna mejoría, así que persiste por algunas semanas. Y si los calambres no desaparecen, es posible que se reduzca su frecuencia o severidad.
Cambia la postura de las piernas cuando estés en la cama
Hay ciertas posiciones que pueden evitar que el músculo de la pantorrilla se haga más pequeño, contrayéndose o tensándose cuando estás en la cama.
Si duermes boca abajo, trata de que tus pies sobresalgan del borde de la cama.
Eso los mantendrá en un posición relajada.
Si duermes boca arriba, trata de asegurarte de que tus pies apuntan hacia arriba. Puedes lograrlo poniendo una almohada bajo la pierna o en el borde de la cama para elevar el pie y mantenerlo en su lugar.
Ojo con la ropa de cama
Finalmente, fíjate en la ropa de cama.
Mantener las sábadas y frazadas sueltas puede ayudar a evitar que los pies terminen apuntando hacia abajo mientras duermes, lo cual favorece la aparición de calambres.
¿Y si ya me despertó?
Lo mejor que puedes hacer cuando te da un calambre es tratar de revertir la contracción, estirando el músculo afectado.
Sin embargo, no hay acuerdo sobre cómo funciona este mecanismo.
Se cree que estirarse ayuda a detener los calambres de dos maneras: primero, separa físicamente las proteínas contractiles del músculo, la actina y la miosina.
Si no se permite que estas proteínas interactúen, el músculo no puede contraerse.
En segundo lugar, se cree que los estiramientos hacen que el músculo se relaje a través de una «inhibición autogénica». En términos simples, estirar el músculo incrementa la tensión en el tendón, lo que envía impulsos al cerebro diciéndole al músculo acalambrado que se relaje.
Hay quienes sugieren algunas «curas» inusuales, basadas en el consumo de ciertos alimentos, para detener el calambre una vez que empieza.