Santo Domingo.– El desarrollo del lenguaje es una de las áreas más importantes en la primera infancia, ya que está estrechamente vinculado con el desarrollo cognitivo, social y emocional. Sin embargo, algunos niños pueden experimentar dificultades en su proceso de adquisición del lenguaje o del habla, lo que puede afectar su capacidad para comunicarse efectivamente.
Identificar estos problemas a tiempo es crucial para garantizar que reciban el apoyo adecuado y evitar que estas dificultades impacten en su vida diaria y su desempeño escolar.
Señales tempranas
Los hitos del desarrollo del lenguaje pueden variar ligeramente de un niño a otro, pero existen indicadores generales que los padres y tutores deben observar:
Poca o nula reacción a sonidos: Desde los primeros meses de vida, los bebés deben responder a sonidos, especialmente a la voz de sus padres. Si no reaccionan a sonidos fuertes o a las voces familiares, podría ser señal de un problema auditivo o de desarrollo.
Ausencia de balbuceo o sonidos: Alrededor de los seis meses, los bebés suelen comenzar a balbucear como una etapa inicial del lenguaje. Si a esta edad el bebé no emite sonidos o solo lo hace de manera esporádica, podría ser motivo de preocupación.
Dificultades para decir palabras simples: Entre los 12 y 18 meses, los niños deberían comenzar a decir palabras simples, como «mamá» o «papá».
Si a los dos años el vocabulario del niño es muy limitado (menos de 50 palabras) o no combina palabras para formar frases sencillas, es posible que exista un retraso en el desarrollo del lenguaje.
Problemas para formar frases a los tres años: A los tres años, los niños deben ser capaces de formar frases simples y tener un vocabulario cada vez más amplio. Si el niño no se comunica en frases, tiene dificultades para seguir instrucciones simples o es difícil de entender por personas ajenas a su entorno, es recomendable una evaluación más detallada.
Diferencia entre problemas de habla y de lenguaje
Es importante distinguir entre problemas de lenguaje y problemas del habla, ya que ambos pueden confundirse fácilmente:
Problemas de lenguaje: Se refieren a la dificultad para comprender lo que otros dicen (lenguaje receptivo) o para expresar pensamientos y emociones a través del lenguaje (lenguaje expresivo). Estos niños pueden tener problemas para seguir instrucciones o usar palabras adecuadas en contexto.
Problemas del habla: Afectan la capacidad para articular correctamente los sonidos y palabras. Los niños con problemas de habla pueden tener dificultad para pronunciar ciertos sonidos, tartamudear o hablar de manera que sea difícil de entender.
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Qué hacer si se sospechan problemas
Si los padres o tutores sospechan que un niño tiene dificultades en su desarrollo del lenguaje o del habla, es fundamental tomar acción de inmediato:
Consultar a un pediatra o especialista: El primer paso es hablar con el pediatra del niño, quien podrá remitirlo a un especialista, como un terapeuta del habla o un fonoaudiólogo, para una evaluación más profunda.
Intervención temprana: La detección y el tratamiento temprano de los problemas de lenguaje son clave para mejorar el pronóstico. La terapia del habla puede ayudar a los niños a desarrollar las habilidades necesarias para comunicarse de manera efectiva.
Estimulación en el hogar: Los padres pueden ayudar a estimular el desarrollo del lenguaje leyendo en voz alta a sus hijos, hablando con ellos de manera frecuente y clara, y motivándolos a expresar sus ideas y emociones.
El desarrollo del lenguaje es una parte esencial del crecimiento infantil. Identificar problemas en una etapa temprana puede hacer una gran diferencia en la vida de un niño, permitiéndole mejorar su comunicación y desarrollarse de manera plena.