Como chivos sin ley

“Para ser juez del Tribunal Constitucional se requieren las mismas condiciones exigidas para los jueces de la Suprema Corte de Justicia”. Punto.

Eso es lo que dice, manda y ordena la Constitución de la República en su artículo 187, y se acabó la discusión.

Entonces, ¿qué es lo que buscan quienes quieren retorcer el rabo a la puerca, inventando interpretaciones amañadas para hacer posible el ingreso en el Tribunal Constitucional de determinadas personas que no reúnen las condiciones requeridas?

Conste que yo, personalmente, pienso que no debería haber límite de edad para ejercer ninguna función pública, trátese del Tribunal Constitucional, la Suprema Corte de Justicia o cualquier otra entidad del Estado, pero una cosa es lo que yo crea y otra lo que dice la Ley de Leyes que es la Constitución.

La edad avanzada, por ejemplo, es sinónimo de experiencia. En los países orientales se venera a los ancianos y ser viejo es un honor respetado por todos.

Pero esta es la República Dominicana, con sus defectos y sus virtudes, y aquí la ley dice cristalinamente que el límite máximo de edad para ser juez de la Suprema Corte o del Tribunal Constitucional es de 75 años. Ni un día más.

Si no comenzamos, de una vez por todas, a aplicar nuestras propias leyes, lancémoslas entonces al zafacón, disolvamos el Congreso que no va a servir para nada y dediquémonos a vivir como chivos sin ley. Así podremos libremente  nombrar a nuestros amigotes en cualquier posición pública, no importa lo que diga la Constitución.