El Día 
Es costumbre de los medios de comunicación en la República Dominicana hacer, los últimos días de cada año o los primeros del siguiente, un recuento de los acontecimientos más importantes del período que acaba de transcurrir.
Esta vez la tarea no ha sido difícil, por lo menos en el señalamiento del suceso que más ha concitado la atención pública durante 2009, que no ha sido otro sino el auge del narcotráfico y su secuela de crímenes, estafas y también capturas, escapadas y complicidades.
Los casos más espectaculares en el susodicho renglón del narcotráfico fueron, sin duda, los de Florián, Quirino y Figueroa Agosto. Y ¿qué tienen en común esos tres capos famosos? Sencillamente, que todos ellos han tenido una protección oficial encubierta y no poca gente infiltrada en los organismos de seguridad del Estado, a muy alto nivel.
Cuando una persona tiene podrida o insalvable una parte de su cuerpo, ésta se le extirpa para siempre. La pierna gangrenada se amputa, el pulmón dañado se saca, la muela que duele se extrae, y así por el estilo. En nuestros organismos encargados de perseguir el crimen, especialmente el narcotráfico, también hay que extirpar lo podrido, mediante una purga rigurosa y profunda a nivel de oficiales y elevados funcionarios.
Mientras sigamos con paños tibios, los narcotraficantes continuarán haciendo de las suyas, y los periodistas seguirán haciendo cada año sus listas de los sucesos más importantes, con el narcotráfico a la cabeza.
