Las personas con tendencia a “catastrofizar”, rumiar, auto inculparse o culpar a otros, presentan mayores niveles de depresión, ansiedad y ataques de pánico.
A veces parece obvio que alguien cercano está pasando por un momento difícil, y sin embargo no es sencillo saber si es una etapa o si es algo más grave y tiene un problema de salud mental.
Aunque ciertos síntomas se asocian inmediatamente con determinadas enfermedades mentales, no hay dos personas que se comporten exactamente igual cuando están enfermas.
Desde la Mental Health Foundation enumeran varias patologías de este tipo, que van desde la ansiedad, la depresión o los ataques de pánico a otras más graves como la esquizofrenia o el desorden bipolar.
Atención a las señales
«Estas personas pueden tener períodos en los que experimentan una realidad propia. Pueden escuchar voces, ver cosas que nadie más ve, tener creencias inusuales, sentirse excepcionalmente importantes o dar un significado especial a eventos cotidianos», dice la fundación.
Si conoces bien a la persona, puedes notar cambios en su comportamiento o estado de ánimo y es entonces cuando saltan las alarmas.
Puede haber dejado de comer, de dormir, puede estar más irritable o estar bebiendo mucho. Son señales que no deberías dejar pasar.
¿Cómo podemos ayudar a un amigo o familiar con problemas de salud mental?
Si sospechas que alguien de tu entorno sufre por estas razones, lo primero que recomiendan los expertos es que encares el problema con paciencia, haciéndole saber a tu ser querido cuánto te importa y dándole tu apoyo incondicional.
Actividades juntos
«Anímalo a establecer metas pequeñas, pero no proponga cosas imposibles», explica Linda Gask, una psiquiatra jubilada con 30 años de experiencia que también ha escrito sobre sus propias vivencias lidiando con la depresión.
Otra de sus recomendaciones es la de mantenerse tan activo como sea posible, hacer ejercicio o actividades que le gustaban mucho y que puede haber dejado de hacer.
Lo mejor, dice, es volver a esas actividades juntos.
«Mis amigos me preguntaban todo el rato ‘¿qué te pasa? ¿qué te pasa?’ Y yo siempre contestaba lo mismo: ‘nada, nada’. No era capaz de hablar de eso», le cuenta a BBC 5 Radio el poeta y músico Hussain Manawer.
Un espacio seguro
Y es que precisamente otra recomendación de los expertos es que no le presiones.
Déjale que te cuente cuando quiera y la parte del problema que quiera.
Y sobre todo, no lo juzgues. Crea un espacio seguro para que tu amigo o familiar pueda comunicarse con confianza.
Lo mejor que puedes hacer en una situación así, es escuchar.
«Es cuando esa persona te cuenta lo que le pasa, cuando puedes valorar cómo de mal están las cosas y puedes ver si ha perdido toda la esperanza», dicen los expertos del Royal College of Psychiatrists de Reino Unido.
Eso sí, mantén las preguntas abiertas. En lugar de decirle «puedo ver que estás muy deprimido», es mejor decirle «¿por qué no me dices cómo te sientes?».
Ayuda profesional
Nicole Krystal, que sufría de ansiedad, recomienda que tengas en cuenta que túsolo no podrás sacar a tu ser querido del pozo.
Así que no intentes diagnosticar o adivinar sus sentimientos. Aunque eres un apoyo valioso, no eres un consejero médico.
Aquí es donde la Mental Health Foundation recomienda hablar de la búsqueda de apoyo profesional y es importante que puedas orientar a tu amigo o familiar sobre cómo hacerlo.
«Una vez que comencé la terapia, tenía mucho más control sobre mis propios sentimientos, me sentía menos ansiosa», afirma la periodista y escritora Poorna Bell hablando de su experiencia.
Pero lo más importante para ella es que tenía a alguien «completamente imparcial con quien podía hablar».
«Ser positivo no siempre significa que eres feliz. Para mí ser positivo es ser capaz de aceptar todo tipo de emociones como ser humano», dice Hussein.
*Cortesía de BBC