El juego de béisbol en las Grandes Ligas ha cambiado y va a seguir cambiando, según el comisionado Rob Manfred, quien estima que va a un ritmo acelerado.

Resalta que los juegos ahora son más largos. En 1975, la duración promedio de un juego era de 2 horas y 30 minutos. Ahora la duración promedio es de tres horas.

En 1988, se hacían 272 picheos en un juego promedio. Hoy en día, la estrategia de trabajar conteos y dejar pasar picheos significa que se necesitan en promedio 22 lanzamientos adicionales para completar el mismo partido.

Allá en 1988, el equipo promedio de Grandes Ligas utilizaba 17 lanzadores en el transcurso de una temporada.

En 2015, ese promedio aumentó a 27 lanzadores. Estamos viendo menos de nuestros abridores estelares, más demoras por cambios de lanzadores, y menos acción en puntos emocionantes en la parte final de los partidos.

Hoy en día, los jugadores de Grandes Ligas están dando jonrones a un ritmo récord, pero el número de pelotas puestas en juego está en un mínimo histórico.