SANTO DOMINGO.- Mercenarios de habla hispana, que se presumen suramericanos por su forma comunicarse, participaron en el comando armado que asesinó al presidente haitiano Jovenel Moises tras penetrar de manera violenta a su residencia.
Moises enfrentaba varias crisis en su país, especialmente la de una oposición que reclamaba su salida del poder y la del auge de las bandas criminales que han asumido el control de importante parte del territorio haitiano.
El comunicado emitido por el primer ministro haitiano, Claude Joseph, indica que los atacantes se comunicaban en español entre ellos.
El ataque a la residencial el presidente haitiano se produjo en la madrugada de este miércoles.
En la acción fue herida de gravedad su esposa Martine Moises, cuyo estado de salud aún era confuso.
El primer ministro de Haití, Claude Joseph, emitió un comunicado en el que confirma que a eso de las 1:00 de la madrugada Moises fue mortalmente herido.
Moises, de 53 años, ganó las elecciones presidenciales de su país en primera vuelta el 27 de noviembre de 2016 y asumió el 7 de brebrero de 2017, proceso que apenas contó con la participación del 21 por ciento de los electores.
Desde el año pasado enfrentaba protestas violentas promovida por grupos opositores, quienes exigían su salida del poder alegando que su periodo concluía el 7 de febrero pasado en el entendido de que el misimo se contabilizaba desde el 7 de febrero del 2016 pese a que él tomó posición en 2017.
Otra de las situaciones que enfrentaba Moises fue el auge de grupos criminales que han tomado el control de gran cantidad del territorio haitiano y que desafiaban la autoridad gubernamental.
Los reportes presentados por la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH) ante el Consejo de Seguridad durante el año pasado sí muestran un marcado aumento del secuestro. Según el informe de septiembre, los casos se incrementaron un 200 por ciento entre enero y mayo con respecto al periodo anterior. En total, 92 casos fueron reportados a la Policía en ese periodo, 50 de ellos en febrero.
Grupos de narcotraficantes también han incrementado su poderío e incidencia en Haití, sustentados en esas bandas locales que han puesto en jaque el gobierno haitiano y a la población.