Si los que tienen aspiraciones políticas o de principalía en Haití estaban confrontando dificultades para hacerse sentir en un ambiente sazonado por bandas armadas sobre las que se cree que nadie, o muy pocos, tiene alguna influencia, ahora se les presenta la oportunidad con la situación en la parte norte de su país, en la cual unos particulares han estado cavando para concluir un canal y desviar hacia sus predios aguas del río Masacre.
Es un elemento que se presta para agitar en la población con cualquier objetivo, incluido el de crear una mala opinión sobre los dominicanos.
Con qué fuerza
Ante una situación como la que confronta el gobierno de Ariel Henry, es poco, posiblemente nada, lo que puede hacer para paralizar la construcción de un canal impulsado por particulares tal vez con la disposición desde el Gobierno para mirar hacia otro lado, en vez de sentarse con la parte dominicana a examinar el caso a la luz del derecho internacional.