Treinta años después de haber abandonado la pobreza y la violencia de Colombia por la riqueza petrolera de Venezuela, Oscar Mina, un trabajador de la construcción de 56 años, retorna a su país.
“Los precios están subiendo todos los días y los billetes no tienen ningún valor”, dijo Mina, bebiendo cerveza con compatriotas en la villa miseria Petare en la zona este de Caracas. “¿Esto es gobernar para los pobres?”, se preguntó.
Ningún grupo se benefició tanto con la revolución socialista de Venezuela de los últimos 15 años como los millones de colombianos que se trasladaron aquí.
Es elocuente, por lo tanto, que muchos estén yéndose -200,000 en los últimos años, según Iván de la Vega, especializado en migración de la Universidad Simón Bolívar.