Clayton Kershaw volvió a la cueva y se sentó, tras una de las peores actuaciones de su carrera en las mayores. En un instante, la delantera de los Dodgers se había esfumado, y el as hundió la cabeza entre sus manos.
En el primer juego, la brillante actuación de Kershaw trajo reminiscencias de leyendas como Sandy Koufax, Don Drysdale u Orel Hershiser.
En el quinto, sus penurias se asemejaron más bien a las que pasó Jason Schmidt a comienzos de este siglo en el Clásico de Otoño.
De Kershaw, se esperaba que dominara a los Astros de Houston y colocara a los Dodgers a una victoria de conquistar la Serie Mundial, algo que Los Ángeles no consigue desde 1988.
En vez de ello, el as vio concluida su labor en el quinto acto. El juego se volvió una locura después, y los Astros terminaron ganando por 13-12 en 10 innings.