
Hay fiestas donde la gente incluso toma tragos de este suplemento antiedad, a menudo seguidos de un buen tequila, aunque este último probablemente no sea recomendable para lograr una piel joven y radiante.
El colágeno es la proteína más abundante del cuerpo y forma el andamiaje que ayuda a mantener la integridad estructural de la piel y el sistema musculoesquelético.
En resumen, el colágeno ayuda a mantener la piel tersa, las articulaciones y los huesos fuertes, y el cabello y las uñas sanos.
Se ha vuelto tan preciado que algunos dermatólogos recomiendan "almacenarlo": invertir en nuestro suministro de colágeno prematuramente para tener un excedente cuando suceda lo inevitable.
Sí. Lo inevitable: el envejecimiento.
Nuestro suministro de colágeno comienza a disminuir de forma natural, en promedio alrededor del 1% anual, a medida que llegamos a los 25 o 30 años.
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La velocidad de su disminución depende de factores como la exposición al sol, la dieta y los niveles de estrés.
Pero ¿existe evidencia científica confiable que afirme que los suplementos pueden reponer nuestro suministro menguante? Y, de ser así, ¿cuál es la mejor manera de incorporarlo a nuestro organismo?

Kimberlie Smith empezó a tomar colágeno hace unos seis meses. Esta mujer de 33 años empezó a usarlo tras un año traumático en 2024.
Su hijo nació prematuro y, como consecuencia del estrés, la madre de tres hijos afirma que su piel sufrió un gran impacto.
Utiliza colágeno marino, derivado del pescado, en un gel con sabor tropical que bebe a diario.
"Mi piel parece estar definitivamente más luminosa y clara, además, mi cabello nunca ha tenido mejor aspecto desde que empecé a tomarlo", afirma Kimberlie. "Como madre con falta de sueño, sin duda ha marcado la diferencia".
El camino del colágeno
Emma Wedgeworth, dermatóloga consultora de Harley Street, Londres, afirma que -si bien existen investigaciones que sugieren que tomar colágeno por vía oral tiene un impacto- se muestra escéptica.
Afirma que la idea de que el colágeno pueda recorrer nuestro cuerpo -no precisamente una tarea sencilla- y llegar exactamente donde lo necesitamos es probablemente una ilusión.
Para empezar, debe atravesar el intestino sin descomponerse por completo.
El colágeno es una molécula grande, por lo que las empresas han comenzado a descomponerlo en fragmentos más pequeños: péptidos de colágeno, también conocidos como colágeno hidrolizado.
Aunque este colágeno, ahora en su forma más pequeña, tiene más posibilidades de atravesar la pared intestinal y llegar al torrente sanguíneo, aún le queda un largo camino por recorrer.
Tiene que llegar a la piel para tener un efecto, y podría fácilmente desprenderse para dar soporte a otros órganos del cuerpo. Es un recurso valioso.
"Hay poca evidencia fiable al respecto, pero existe la teoría de que, dado que nuestra piel es el órgano con la 'renovación celular más rápida', podría ser más propensa a utilizar estos péptidos de colágeno que otros órganos".
Y es entonces cuando se podría observar un aumento en la producción de colágeno en las células de la piel.
colágeno para ayudar a proteger sus articulaciones.
Todo esto parece muy complicado e incierto. Puede que te haga preguntarte: ¿qué tal si usamos cremas de colágeno? Se aplican directamente sobre la piel, así que ¿no tendrán más posibilidades de llegar a donde necesitan estar?

"No", es la respuesta simple de Wedgworth. "El colágeno simplemente se asentará en la capa externa de la piel, no llegará a la dermis, que es la capa intermedia".
Existen tres tipos diferentes de suplementos de colágeno: marino (de pescado), bovino (de vaca) y vegano. De los tres, la dermatóloga recomienda el marino si se toma colágeno por vía oral.
Esto se debe a que contiene más colágeno tipo 1, el más común de los cinco tipos y el que da estructura a las células de la piel, además de desempeñar un papel crucial en la salud de los huesos, tendones y tejido conectivo.
El colágeno vegano es el menos efectivo, afirma Wedgworth. El colágeno es una proteína de origen animal, por lo que estos productos no están hechos de colágeno, sino que contienen una variedad de aminoácidos y vitaminas.
"No puedo parar"
"Estoy atrapada", me dice Ali Watson mientras señala los paquetes de colágeno bovino en polvo en su cocina. "Sí, este es para mí y, bueno, este es para Tommy".
Miro al delgado sabueso marrón a mi lado, con bigotes grises asomando alrededor de su hocico. Él levanta una ceja en señal de reconocimiento.
Ali, neuroanestesista que -según ella misma admite- "sabe mucho de dosis", dice que ahora que ha empezado a tomar colágeno no concibe dejar de hacerlo, ni parar de dárselo a su perro.
"Empecé a tomarlo en polvo hace un par de años. Al principio, no era por mi apariencia, sino por mis articulaciones; quería protegerlas porque hago mucho levantamiento de pesas".
Ali no está segura de haber notado ninguna diferencia en sus articulaciones, pero sí ha notado un cambio en otras partes.
"Siento la piel más brillante, mi cabello más grueso y mis uñas más fuertes".
Miro a Tommy, que parece más interesado en su comida para perros que en cualquier suplemento en polvo.
"Ya sé, parece una locura", dice Ali, "pero Tommy parecía un poco más lento, un poco menos entusiasta justo antes del verano, así que pensé en probar con colágeno para perros".
"Quería ver si le ayudaba con las articulaciones; ya está envejeciendo. Y está un poco más despierto, pero puede que se deba a que ha vuelto a hacer frío y está menos acalorado y letárgico".
Ali no está del todo convencida de que el suplemento esté marcando la diferencia, y le cuesta US$80 al mes asegurarse de que ella y Tommy reciban su dosis diaria.
Pero Ali dice que ahora no puede parar. "Eso es lo que pasa con estos suplementos", señala la mujer de 46 años: "La vida tiene sus altibajos. Puedes tomarlos cuando estás en un bajón, y luego la situación mejora, y puede que tenga muy poco que ver con los suplementos".
"Pero al llegar a ese punto, ya no puedes arriesgarte a dejarlos".

El profesor Faisal Ali, dermatólogo consultor del Hospital Mid Cheshire, afirma que uno de los problemas a los que se enfrentan los consumidores y los médicos es la cantidad de información contradictoria y los intereses contrapuestos en la investigación sobre suplementos.
Un estudio reciente, relativamente pequeño, comparó investigaciones financiadas por la industria del bienestar con estudios que no presentaban el mismo conflicto de intereses.
Si bien los estudios financiados por la industria sugirieron que los suplementos de colágeno mejoraron significativamente la hidratación, la elasticidad y las arrugas de la piel, los que no recibieron financiación de las compañías farmacéuticas no revelaron ningún efecto sobre la piel.
El profesor Ali afirma que los estudios financiados por la industria no son "intrínsecamente malos", sino que presentan un panorama muy diverso.
Sin embargo, afirma que faltan pruebas sólidas que sugieran que el colágeno oral y tópico tiene algún efecto sustancial.
Entonces, si pudiera retroceder en el tiempo y empezar a beber y almacenar colágeno a los 20, ¿tendría ahora una piel más suave y joven?, le pregunto.
Probablemente no, responde. No permanece en el cuerpo tanto tiempo; no tenemos una reserva de colágeno a la que podamos recurrir fácilmente.

Sin embargo, el profesor Ali cree que podemos aumentar la producción de colágeno y mantener la elasticidad de la piel mediante técnicas especiales como la estimulación láser de colágeno y la microaguja.
Esto implica utilizar pequeñas agujas especializadas o un láser para realizar pequeñas incisiones en la piel, que estimulan el proceso de reparación y desencadenan la formación de nuevo colágeno.
Pero no es barato. Podrías pagar hasta US$400 por una sesión. ¿Existe una alternativa más económica?
"Lo mejor que puedes hacer por tu piel", afirma el profesor Ali, "es usar un buen protector solar. Sabemos que el sol tiene un gran impacto en el envejecimiento de la piel".
"Protector solar, una dieta saludable y, si fumas, deja de fumar".
"Esto tendrá un impacto mucho mayor que los suplementos de colágeno".
Fuente: BBC Mundo