El caso de los pilotos franceses que escaparon como “Pedro por su casa” desnuda muchas de las fantasías de nuestro Código Procesal Penal.
Demuestra, por ejemplo, que el Estado dominicano no está en capacidad de que sean efectivas medidas de coerción tales como “prisión domiciliaria”, “presentación periódica” y otras por el estilo. Hay quienes han hablado hasta de “brazaletes” y otras cosas por el estilo. Todo eso queda a la voluntad del imputado.