Un bar en Alameda, en el este de la Bahía de San Francisco, luce muy diferente a como sus clientes lo conocieron por años.
El Forbidden Island era un ícono de la zona por su techo lleno de billetes.
Los clientes dejaban dólares o monedas de otros países en la estructura. La cantidad de billetes se salió de control y el dueño decidió quitarlos.